El Teatro Pavón se encuentra situado en pleno corazón de Madrid, al lado de la popular Plaza de Cascorro. Fue creado por el arquitecto Teodoro Anasagasti (Bermeo 1880-Madrid 1938), uno de los mejores arquitectos madrileños del primer tercio del Siglo XX, autor de otros teatros madrileños como el Real Cinema, el Monumental, el Fuencarral o los desaparecidos Martín y Lavapiés.
El edificio fue uno de los primeros edificios madrileños construidos enteramente en estilo Art Decó.
Construido en 1924 bajo la iniciativa de Francisca Pavón, el teatro fue inaugurado un año más tarde por Alfonso XIII y desde sus comienzos contó con memorables estrenos que han hecho historia como Las Leandras, del Maestro Alonso, que consolidó a Celia Gámez como gran vedette(1931) o Nuestra Natacha, de Alejandro Casona, interpretada por María Fernanda Ladrón de Guevara (1936).
En su concepción Teodoro de Anasagasti siguió las mismas soluciones interiores que el Teatro Monumental y del Real Cinema. Distribuyó el vestíbulo, escalera principal y otras dependencias en la fachada a la calle Embajadores, dejando el resto para la sala con un aforo de 1.277 espectadores. A pesar de su apariencia exterior, empleó el hormigón armado para dar mayor diafanidad al espacio interior.
El teatro tuvo una primera restauración en 1953 que redujo sensiblemente la sala, abrió una nueva salida al escenario y resolvió los graves problemas acústicos.
La segunda reforma, la de Enrique López-Izquierdo, lo que hizo fue cubrir parte de la decoración primitiva de la sala, vestíbulo y otras dependencias.
El edificio, que fue un hito en el barrio de Lavapiés por la decoración colorista con detalles art déco de la fachada, su volumetría claramente racionalista y, sobre todo, por su torre con el reloj, recuperó su imagen tras años de abandono y de mutilaciones, debido a la rehabilitación y reconstrucción llevada a cabo entre 2000 y 2001, por Iñaki de las Casas, en colaboración con Jaime Lorenzo y Pablo Redondo, para la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
El edificio esta construido con estructura de hormigón en pilares y vigas en los tres niveles inferiores y con estructura metálica en la cubierta, y en el exterior, dos terrazas de estilo catalán rematan la fachada. El torreón del reloj, pieza clave del antiguo coliseo, fue derribado en los años 60. En cuanto a la fachada, se han recuperado los esgrafiados en forma de flor y los dibujos de tendencia geométrica que tenía la sala en su origen, siempre con la idea de conservar una de las únicas fachadas modernistas que alberga Madrid.
Un espacio de encuentro ciudadano. Un espacio de diálogo y reflexión. Un espacio de fiesta y entretenimiento. Todo esto queremos que sea El Pavón. Todo esto llevamos mucho tiempo haciéndolo. Ahora solo intentamos jugar en casa. Miguel del Arco
Cuenta con una Sala de más de 400 localidades donde tendrán lugar el grueso de las representaciones del teatro. El Gallinero, con capacidad para cerca de 80 personas. Un espacio diáfano y versátil que acogerá funciones no convencionales y todo tipo de experiencias, talleres y actividades más allá de las puras representaciones teatrales. El ambigú, un espacio para el entusiasmo y el debate antes y después de cada función. Un ágora moderna donde charlar, escuchar música o reírse a carcajadas mientras compartes una copa.
Arquitectos: Teodoro de Anasagasti entre 1924 y 1925.
Reformado por José Antonio Corrales en 1953 y por Enrique López-Izquierdo en 1978.
Restaurado y Rehabilitado por Ignacio de las Casas en 2001.