VIDA DE GALILEO en el Teatro Valle-Inclán

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VIDA DE GALILEO de Bertolt Brecht en el Teatro Valle-Inclán

TEATRO VALLE INCLÁN

 

VIDA DE GALILEO
de Bertolt Brecht

Versión y dirección de Ernesto Caballero

Del 29 de enero al 20 de marzo

Que sean así las cosas no quiere decir que tengan que seguir siéndolo

 

El Centro Dramático Nacional estrena el 29 de enero VIDA DE GALILEO de Bertolt Brecht. Con versión y dirección de Ernesto Caballero y un amplio reparto formado por Chema Adeva, Marta Betriu, Paco Deniz, Ramon Fontserè, Alberto Frías, Pedro García de las Heras, Ione Irazabal, Borja Luna, Roberto Mori, Tamar Novas, Paco Ochoa, Macarena Sanz, Alfonso Torregrosa y Pepa Zaragoza.

 

Ernesto Caballero adapta y dirige VIDA DE GALILEO, basado en la tercera versión de la obra de Brecht. La obra indaga en las razones de los actos de los personajes, ya que la historia de la vida de Galileo ya es conocida. Con una puesta en escena que abandona el escenario a la italiana habitual por uno circular en el que el espectador está en todos lados.

Lo que plantea Brecht es el tema de la resistencia de toda una estructura establecida al cambio.

Brecht habla de cómo siempre existen pioneros que terminan cuestionado principios  inamovibles, en este caso científicos, y cómo hay una reacción natural de resistencia, de ponerse a la defensiva, para evitar la incertidumbre de reinventarse o reinventar la explicación del mundo.

La vigencia de la obra interesa a Ernesto Caballero «Las opiniones se pueden cambiar, pero es mucho más difícil cambiar las creencias. Las creencias no se abandonan así como así  por muchas  pruebas que haya. Hay toda una superestructura diseñada para justificarse que se auto justifica y que fabrica sus razones. Tiene un argumentario frente a la realidad, y la realidad que no se ajusta a sus postulados cuenta poco.»

Otro aspecto que reclama Ernesto Caballero es el humor «Nos vamos a reír de nosotros mismos, de nuestra condición. Quien no tiene sentido del humor está muy impedido para el teatro de Brecht. El humor es distancia.»

 

Ambientada  en 1609,  la pieza  se  centra  en  los últimos años  de vida  del  investigador italiano. En su hogar en Florencia, que comparte con su hija Virginia, tiene ocasión de transmitir parte de sus conocimientos a Andrea, el hijo de su casera, la Señora Sarti. Cuando Galileo hace públicos sus descubrimientos sobre el sistema solar recibe la condena de la jerarquía eclesiástica. Ni siquiera el acceso a la silla de San Pedro del cultivado Cardenal Barberini hace disminuir la presión. Bajo presión de la Inquisición, Galileo renuncia a propagar sus tesis. En su aislamiento, recibe la visita de Andrea, convertido ya en estudiante universitario, al que hace entrega de su documento  Dos  nuevas  ciencias en el que resume  sus descubrimientos,  pidiéndole que lo difunda más allá de las fronteras de Italia.

 

 

 

GALILEO

Durante dos mil años la Humanidad creyó que el Sol y todos los astros del cielo daban vueltas a su alrededor. El Papa, los cardenales, los príncipes, los sabios, capitanes, mercaderes, pescaderas y escolares creían estar inmóviles en esa esfera de cristal. Pero ahora nosotros salimos para hacer un gran viaje. Porque los viejos tiempos han pasado y ahora es una nueva época. Desde hace cien años es como si la Humanidad esperase algo. Las ciudades son pequeñas, y también lo son las cabezas. Superstición y peste. Pero ahora se dice: que sean así las cosas no quiere decir que tengan que seguir siéndolo. Porque todo se mueve, amigo.

 

 

VIDA DE GALILEO en el Teatro Valle-Inclán

VIDA DE GALILEO ©David Ruano

 

 

NOTA DEL DIRECTOR

Nadie puede ver mucho tiempo cómo dejo caer una piedra y digo que no cae, declara, en un momento de la obra, un optimista Galileo. Sin embargo, más adelante, su desmesurada confianza en la fuerza de la razón se verá demediada ante el ilimitado poder de las creencias o, lo que es prácticamente lo mismo, de las conveniencias. Como dijo Einstein (de quien, por cierto, Brecht proyectó escribir también una obra sobre su figura), resulta más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. De ello nos habla esta obra, así como del viejo sueño humanista de fusión de ciencia, filosofía, artes y política. El eco lejano de un sueño, al día de hoy.

Otro aspecto fundamental de la obra es el de la retractación, asunto también de rabiosa actualidad, como suele decirse. En su primera versión, Brecht nos muestra a Galileo como un hombre diestro y perspicaz que finalmente logra su propósito al escribir y difundir los Discorsi. La célebre frase pobre del país que necesita héroes encierra ese posibilismo tan feraz. Sin embargo, con posterioridad, el autor modifica la última escena haciendo que sea el propio científico pisano quien explique a su discípulo Andrea la gran infamia que ha supuesto su retractación: una imperdonable traición a la Humanidad. Entre una versión y otra ha estallado la bomba atómica sobre dos ciudades japonesas. Brecht entiende ahora que la pureza de la investigación científica, su compulsiva especialización, parte precisamente de ese pecado original de las ciencias modernas. La retractación.

El tema, pues, de la obra no es otro que el de la responsabilidad social de la Ciencia, que para el autor también comprende el devenir histórico. Galileo es un trasunto mal disimulado del propio Brecht aguijoneado por una sensual curiosidad que le obliga a no dar por sentado nada de lo que le rodea; ni siquiera su propia obra que, como vemos, también revocó. Y de la misma manera que el sabio pisano termina retirado bajo la confortable tutela de las autoridades eclesiásticas, uno puede imaginar al gran dramaturgo alemán después de la guerra, custodiado por fervientes feligreses de la Iglesia del materialismo histórico en su teatro del Berlín oriental, tratando de explicarse las contradicciones del férreo e inmutable sistema de la RDA repitiendo con dudoso convencimiento el célebre mantra eppur si muove…

Pero, en fin, a la postre lo que importa es que dos magnas obras -los Discorsi y La vida de Galileo– han prevalecido para nuestro provecho y beneficio.

Ernesto Caballero

 

FICHA

Autor: Bertolt Brecht
Versión y dirección: Ernesto Caballero
Traducción: Miguel Saez
Escenografía: Paco Azorín
Iluminación: Ion Anibal
Vestuario: Felype de Lima
Dirección musical y espacio sonoro: Javier Coble
Fotos: David Ruano

Reparto: Chema Adeva, Marta Betriu, Paco Deniz, Ramon Fontserè, Alberto Frías, Pedro García de las Heras, Ione Irazabal, Borja Luna, Roberto Mori, Tamar Novas, Paco Ochoa, Macarena Sanz, Alfonso Torregrosa, Pepa Zaragoza

Músicos: Javier Coble, Pau Martínez, Kepa Osés

Una producción del Centro Dramático Nacional

Fechas y horarios: Del 29 de enero al 20 de marzo
de martes a sábado 20:30 horas y domingo 19:30 horas en el TEATRO VALLE INCLÁN

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