REY JUAN en el Nave 73 (ClásicOFF)

EL TIEMPO TODO LOCURA en el Teatro Infanta Isabel
18 diciembre, 2019
#MALDITOS16 en el Teatro Galileo
18 diciembre, 2019

NAVE 73

Smorfia teatro

presenta

REY JUAN

Viernes 11, sábado 12 y domingo 13 de septiembre.  Hora: 20:30h 

Recién coronado rey, tras una maniobra en la que usurpa el trono al legítimo heredero, Juan de Inglaterra recibe la amenaza de Felipe de Francia. Estalla entre ambos reinos una confrontación disparatada, en la que se añadirá el Vaticano, alternándose las amenazas con los pactos y las victorias con las derrotas.

Shakespeare nos plantea reflexionar acerca de un mundo regido por unos jefes de estado absolutamente incapaces y cegados por su propia ambición.

Estamos en plena Edad Media, a finales del siglo XII. Ricardo I, más conocido como Ricardo Corazón de León, de la dinastía Plantagenet, ha muerto sin dejar descendencia legítima en Inglaterra. El orden de sucesión señalaba a su hermano siguiente, Godofredo, pero éste había fallecido, con lo que la corona correspondía a Arturo, hijo de Godofredo, de 12 años. Pero había otro hermano de Ricardo, el menor, llamado Juan, que ocupó el trono, convirtiéndose en Juan I, más conocido como Juan Sin Tierra. Shakespeare sitúa la acción en 1203, cuando Arturo tenía ya 16 años.

Más datos históricos para situarse en la obra: el fallecido Ricardo dejó un hijo ilegítimo, Felipe de Cognac. Y la madre del rey Juan, Leonor de Aquitania, tenía una nieta, Blanca de Castilla, que acabó casada con Luis VIII, hijo de Felipe II de Francia, llamado Felipe Augusto. En el texto aparece como Blanca de España, aunque ese país no existía todavía.

A la muerte de Juan, le sucedió su hijo Enrique III, que no tiene obra de Shakespeare, como tampoco el predecesor Ricardo Corazón de León (personaje de gran importancia mítica en el mundo anglosajón). Hay que esperar, saltándose a Eduardo I y Eduardo II(que sí tiene obra, de Christopher Marlowe), a la pieza Eduardo III (de la que durante años se ha dudado de su autoría) para seguir la cronología de la Historia de Inglaterra escrita por Shakespeare.

La mitología anglosajona sitúa a Robin Hood en la época del rey Juan, pero el buen bandido no halla acomodo entre los personajes de Shakespeare. Las dos únicas referencias a Robin Hood en toda la obra de Shakespeare aparecen de pasada, en la comedia Como gustéis, y en el prólogo de la tragicomedia Los dos nobles caballeros. En ese texto queda claro el motivo de la no comparecencia de este mito británico en el corpus shakesperiano: los cuentos de Robin Hood eran considerados demasiado ligeros.

Otra referencia histórica notable de Juan Sin Tierra es su firma de la Carta Magna, acto que se vio obligado a realizar por las presiones de la nobleza. Es el antecedente de las Constituciones democráticas modernas. Shakespeare tampoco incluyó nada alusivo a esta firma.

Centrándonos en El rey Juan de ficción, la acción comienza cuando Francia e Inglaterra se declaran en guerra, puesto que el rey Felipe II de Francia considera que el legítimo heredero de la corona de Inglaterra es Arturo y no Juan. Luego se presentan dos hermanos que se disputan la herencia de su padre, desvelándose que uno de ellos, Felipe Faulconbridge, es hijo bastardo de Ricardo Corazón de León. El ejército del rey Juan llega a Francia, y se produce un encuentro de reyes y familiares en el palacio del rey de Francia. Los dos reyes discuten; Constanza, la madre de Arturo, discute con Leonor, que también es abuela de Arturo, que llora; y para más follón, el bastardo Faulconbridge (primero personaje humorístico, luego conciencia de la obra) discute con el Archiduque de Austria.

Los ciudadanos de Angers, ciudad donde se desarrolla la trama francesa, deciden cerrar las murallas de su ciudad hasta que se decida cuál de los dos, Juan o Arturo, es el rey de Inglaterra (y por tanto de su ciudad, enclavada en territorio conquistado). Después, esos mismos ciudadanos proponen que Blanca de España (nieta de Leonor y sobrina de Juan) se case con Luis, el hijo del rey Felipe, para así sellar un acuerdo de paz entre Francia e Inglaterra.

La noticia cae como una losa sobre Constanza, la viuda madre del joven Arturo, que le reprocha a su protector Felipe II el pacto con su enemigo Juan. De repente entra el emisario del Papa para preguntar a Juan el porqué de su rechazo al Arzobispo de Canterbury. Juan le dice que el Papa es pueril, indigno y ridículo y que no piensa someterse a él. El mensajero del Papa pide a Felipe que pelee contra Juan, pero Felipe acaba de sellar un pacto de amistad y contesta: “Estoy perplejo y no sé qué decir”. Al final, se decide a romper de nuevo con Inglaterra.

Este episodio en el que Juan reniega de la autoridad del Papa está basado en hechos históricos, pero no acabó con la separación de la Iglesia Inglesa de la Católica Romana. Eso sucedió en tiempos de Enrique VIII, hecho mucho más reciente a la época de Shakespeare, creándose la Iglesia Anglicana, cuya máxima autoridad es desde entonces el Arzobispo de Canterbury.

La nueva lucha termina con una victoria de Inglaterra. Arturo es apresado y Juan ordena su muerte. La madre de Arturo, Constanza, que arrastra durante toda la obra su trágica amargura, se lamenta por la ausencia de su hijo. El verdugo de Arturo se arrepiente y lo libera, pero ordena que se informe al rey de que lo ha matado. El bastardo Faulconbridge llega acompañado de un profeta, que predice la deposición de la corona de Juan. Este profeta aparece añadido en la película Macbeth (1948) de Orson Welles, al que los críticos de cine atribuyen su invención, cuando es realmente la introducción de un personaje de El rey Juan en Macbeth.

Todo son malas noticias para el monarca. Las tropas francesas han llegado a Inglaterra capitaneadas por Luis, el hijo del rey Felipe. La madre de Juan ha muerto (también la de Arturo, enloquecida). Y la noticia de la muerte de Arturo, creída cierta por todos, ha recorrido ya el país y ha puesto a los nobles y a la población en contra de Juan. Entretanto, el chaval se tira de las murallas de su prisión, muriendo esta vez de verdad.

Juan pacta con el enviado del Papa que se somete a Roma de nuevo, a cambio de que frene el ataque de Francia. Pero los franceses no aceptan someterse y continúa la lucha. Los nobles que habían desertado vuelven al bando inglés, acompañados de Enrique, hijo de Juan. El rey Juan muere envenenado por un monje. Al final, Francia acepta la paz propuesta por Roma, y el príncipe Enrique será el siguiente rey de Inglaterra.

Se trata de una obra histórica con un interés elevado y momentos muy bien elaborados. Como ya hemos apuntado, destaca el personaje de Felipe Faulconbridge, el sobrino bastardo del monarca. Hay varias concomitancias con Ricardo III: el rey usurpador con mala conciencia, la prisión del heredero legítimo y la orden de su muerte, o la posibilidad de que un verdugo se apiade de su víctima al oírle hablar.

Respecto a sus adaptaciones a la pantalla, sólo podemos reseñar una película muda de 1899, considerada la primera traslación de Shakespeare al cine. El resto de las producciones audiovisuales de la obra se ha hecho para televisión (1951 y 1984).

Algunas de las sentencias que contiene la obra:

La desgracia es orgullosa y da fortaleza al que la aguarda.

Es obrar con la más perfecta rectitud no obrar cuando el acto por cumplir tiende a un fin malo.

Los motivos poderosos engendran las acciones extraordinarias.

Equipo artístico

Autor: William Shakespeare
Adaptación y dirección: Gustavo Galindo
Reparto: Germán Torres, Jesús Gago, Carlos Olalla, Rosalía Castro, María Escobar, Gustavo Galindo y José Emilio Vera
Movimiento escénico: María Escobar
Vestuario: La Smorfia Teatro
Iluminación: Nacho Arjonilla
Fotografía y cartel: Moises Fernandez Acosta
Productor: Germán Torres
Producción: La Smorfia Teatro

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