MUEBLOFILIA: RAREZA PARDA

(por Richard Collins-Moore)

Me gustaría dar con la fecha exacta pero de momento sólo puedo intuir que fue en el año 2012: años ha, de cuando el Café Berlín aún se ubicaba en la Calle Jacometrezo. Tuve el honor y la jeta, a partes iguales, de presentar un proyecto musical mío sobre el que llevaba años trabajando, pero me había resistido a presentarlo en sociedad. Por raro. «Raro, raro, raro», como diría el abuelo Iglesias.

Entre el público de aquella noche se encontraba Rulo Pardo. En un momento dado, él soltó esa exclamación mítica suya: «¡Patata Brava!». Recuerdo que más de uno se indignó por lo que podía parecer un exabrupto salido de tono. Lo que no sabían es que Rulo es tan raro como yo y que, como dos guisantes de sangre verde enfundados en una misma vaina, ya disfrutábamos de una adoración mútua que hacía imposible que aquello supusiera un insulto hacia mi persona.

Rulo es de extrapolar las cosas, el lenguaje y los conceptos hasta llegar a sacar de quicio a los mismísimos portones de la catedral de León. ¿Por qué decir «¡Bravo!», cual abonado rancio del Teatro de la Zarzuela, cuando puedes llevarlo a la suma absurdez de «¡Patata Brava!» y que la intención no deje de ser exactamente la misma? Si Rulo te dice «patata brava», date como rociado de un espray de aguas benditas. De alguna manera, aquella noche se fraguó nuestra colaboración que – carpintería artesana a la antigua mediante – desembocaría en ese bicho que se titula Mueblofilia. Cinco años más tarde (poca broma), el bicho pasea sus rarezas cada lunes en el mismo Café Berlín (fíjate tú) ya reubicado en la Costanilla de los Ángeles.

Yo soy tan raro que en el día internacional del libro me echo a la calle a comprar un microondas. Rulo, ya lo he dicho, es tan raro como convertir una tapa castiza en el mayor piropo que te puede dedicar nadie. Patata Brava. Pero, sobre todo, ha sabido reunir a otros ocho seres – desconocidos míos en su mayoría hasta la fecha y de un rareza, belleza y exuberancia comprobadas – para decir que antes de tirar la casa por la ventana a lo mejor hay que ponerla al revés. A ver cómo queda.

Venid. Que nos hace la misma ilusión que unos padres que dan luz a una niña, aunque sea mecedora a la vez.

FICHA

Guión y dirección: Rulo Pardo
Canciones: Rulo Pardo y Richard Collins Moore ( con la colaboración de Nacho Vera).

Con: Richard Collins Moore, Jorge Rueda, Nacho Vera, Gloria Albalate, Rulo Pardo, José Luis Ferrer, Antonio Gómez, Fele Martínez, Verónica Ronda, Cristina Gallego

Una producción de Sexpeare y Pavón Café

Fechas y horarios: Lunes de marzo, abril y mayo a las 21:00h en CAFÉ BERLÍN