presenta
El 30 de noviembre llega a los Teatros del Canal de Madrid Las Cosas Que Sé que Son Verdad, obra escrita por el autor australiano Andrew Bovell. Dirigida por Julián Fuentes Reta y adaptada por Jorge Muriel, que vuelven a coincidir como equipo, junto con el autor, tras Cuando Deje de Llover, ganadora de tres Premios Max en 2015 a mejor espectáculo de teatro, mejor dirección de escena y mejor actriz de reparto.
En este caso, Bovell perfila un universo más contenido que en su anterior obra. La pieza se nos muestra como una suerte de pequeño organismo preservado en una perla de ámbar. En ella sigue explorando un tema constante en la imaginería del autor: las relaciones, fisuras y vínculos de las personas con la naturaleza. La naturaleza, y a través de ella, aquello que está más allá del conocimiento y el dominio humano. Aquello que, en suma, a pesar de la ilusión del control, va trazando el transcurso de la vida.
En una casa suburbana, con un pequeño, jardín, una familia de clase media afronta el paso de un año decisivo. A través de la metáfora material del transcurso de las cuatro estaciones que condensarán el crecimiento y cambio de cuatro hermanos y hermanas y sus vínculos con su padre y su madre, asistiremos al desarrollo de un organismo que mutará, se agitará y morirá, para seguir, siempre, incontenible e imparable, respirando y transformándose.
Los actores que dan vida a los personajes de la familia son Verónica Forqué, Julio Vélez, Jorge Muriel, Pilar Gómez, Borja Maestre y Candela Salguero.
Julián Fuentes empezó a trabajar en ella desde que Bovell la escribió hace tres años, y sobre ella y el autor, afirma:
“Aunque nos haya costado tres años ponerla en pie, la leímos inmediatamente después de acabar la gira de Cuando… Y lo más importante es la continuidad. Sobre Andrew, se suele decir que “el foco de su dramaturgia” es la familia (…) Aunque si es cierto que escribe sobre lo que siente y lo que ve, creo que el foco del trabajo de Andrew es el tesón mismo, la fuerza del no abandonar nunca, como imagen dinámica en el tiempo. Sus piezas exploran minuciosamente el paso del tiempo y los cambios de los seres que se desarrollan en él, las nutridas elaboraciones que la lluvia, los abrazos, cientos de puestas de sol y amaneceres, dejan en la piel, en el gesto, en la experiencia. Andrew es un caminante tenaz y persistente, y sus piezas muestran precisamente eso. Nunca había encontrado una dramaturgia que expusiera la violenta irrealidad de nuestra vida cotidiana como la suya. Llena de muerte, de violencia, de ternura, de todo lo que se dice en secreto o apenas no se dice, de todo lo que tapamos diariamente para llamar a nuestra vida “normal” y nivelarla con la apariencia de “normalidad” de todos los demás. Andrew describe la vida de todos, la vida secreta de todos.
Y aquí, por supuesto, el foco parece estar en la familia. Porque ¿qué otra estructura humana se mantiene en el tiempo? Nada más que la familia, el grupo, ya sea consanguíneo o del tipo que sea.
En Cuando deje de llover, viajábamos en el tiempo a través de cuatro generaciones, en Las cosas que sé que son verdad a través de un año, y sus cuatro estaciones. Pero, repito, para mí el foco no es ese. Andrew escribe sobre el misterio de las mutaciones. Sobre cómo cambiamos. Por eso, trabajar con él a través del tiempo y los empeños, produce una satisfacción que no he encontrado con ningún otro autor. Porque, con cada proyecto, avanzamos, y en cada proyecto, retratamos lo que vemos.
En este, su título lo sumariza todo. En España a 2019, estas son las cosas que sabemos que son verdad.
Cuando una vez me preguntaron, hace unos años, por qué alguien debería venir a ver Cuando deje de llover, le respondí: “porque esta obra habla de ti”. Ahora, hago los mismo. Las cosas que sé que son verdad habla de cada uno de los espectadores que vendrán a verla. De sus padres, madres, hermanos y hermanas, amantes, maridos y mujeres, hijos, hijas. De sus terrores, sus frustraciones, su amor incondicional
La obra me gustó bastante, Verónica Forqué está estupenda con ese toque de humor tan natural. El final me sorprendió y decepcionó, quizás en un momento delicado para mí,