Trasgo
presenta
A partir del 12 de agosto de 2022
Regresa a Madrid uno de los éxitos teatrales más sonados de los últimos años, EL MÉTODO GRONHÖLM. Tamzin Townsend vuelve a dirigir esta diábolica comedia acerca de un peculiar método, que existe, acerca de cómo entrevistar a alguien para un puesto de trabajo. Luis Merlo, Marta Belenguer, Eleazar Ortiz e Ismael Martínez son las caras de esta versión.
De qué va……
La empresa sueca Dekia, de muy reconocido prestigio internacional, ha de contratar a una persona que se incorpore inmediatamente a su equipo de trabajo para ocupar un cargo de responsabilidad. Las condiciones laborales y retributivas que se ofrecen son muy interesantes, lo que hace crecer el número de aspirantes a obtener este trabajo. Mediante un sistema poco convencional de selección de personal, la empresa espera cubrir pronto la plaza.
El inicio de la obra nos sitúa en una sala donde aparecen, progresivamente, cuatro personas que han sido seleccionadas para realizar una entrevista conjunta con un representante de la empresa. Enseguida observamos que el método que se sigue es poco corriente. El tiempo pasa, los candidatos se encuentran solos y nadie se presenta a explicar cómo se desarrollará el proceso selectivo. Finalmente, los aspirantes se dan cuenta que están reunidos en una sala aislada del exterior y no pueden salir.
Pronto empiezan a ser conscientes de que el objetivo de la reunión es ver cómo se aclimata cada uno de ellos ante situaciones adversas y valorar la capacidad que tienen de resolver los conflictos que se generan dentro del grupo. Por tanto, los cuatro presuponen que alguien, desde fuera de la sala, los observa para determinar cuál es la persona adecuada para ocupar esta plaza.
Mientras tanto, los candidatos deben superar unas pruebas inusuales consistentes a manifestar sus opiniones sobre las situaciones que alguien desde fuera plantea y que llegan a la sala a través de un complejo sistema de comunicación. A partir de ese momento cada aspirante debe mostrar sus habilidades y sus carencias, su rechazo o su solidaridad hacia los compañeros, su voluntad de ayudar o de descalificar a los otros candidatos, hasta que uno a uno se vayan retirando y se quede el último, que será quien obtenga el trabajo.
Las pruebas, desde un punto de vista emocional, son cada vez más duras y algunos personajes sufren porque, igual que si estuvieran inducidos a formar parte de un psicodrama deben explicar experiencias íntimas; esto desencadena que los otros personajes, que deben opinar sobre estas experiencias, se decanten directamente para aplicar el juego sucio y la crueldad para conseguir su objetivo.
Por tanto, la reunión, en medio de fuertes presiones, se convertirá en el espejo donde los personajes reflejarán su humanidad o insensibilidad y su empatía o intolerancia.
Así es el método Gronhölm
Lo primero que has de saber es que en el proceso de selección que se realiza mediante el método Grönholm no participan todos los aspirantes, sino que seréis tú y tus compañeros quienes, desde el departamento de Recursos Humanos, tendréis que hacer una selección previa de los candidatos. Tras ello, se pasará a una fase del proceso que se llevará a cabo en grupo. En ella, se plantearán a los participantes diferentes situaciones que tendrán que afrontar.
La principal particularidad de este método, es que no son los reclutadores los que descartáis a los candidatos, sino que son ellos mismos, es decir, se trata de ver quién es el último superviviente de la prueba, que terminará siendo el elegido para entrar a formar parte de la empresa.
La labor del reclutador durante el proceso es la observación y el control de la situaciónpara que todo se desarrolle con normalidad.
Jordi Galcerán
Después de estrenar “El método Grönholm”, hace ya más de quince años, amigos y conocidos me contaron muchas experiencias propias en procesos de selección. A la luz de algunas vivencias, la conclusión es que me quedé corto en mi comedia. Los retorcidos juegos a los que los psicólogos de mi ficticia empresa sometían a los aspirantes eran menudencias comparados con algunas anécdotas reales. El fondo, sin embargo, era el mismo. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar para conseguir el trabajo de nuestros sueños? ¿Dónde están nuestros límites cuando la recompensa es lo suficientemente alta? Aquí nos reímos de ellos, sentimos su ridículo, pensamos que nosotros nunca llegaríamos a esos extremos, pero… Una amiga muy sensata, que optaba a un puesto de dependienta en una zapatería, me contó que en mitad de la entrevista el encargado le dijo que si quería el trabajo se volviera de espaldas y rezara en voz alta un Padrenuestro. Así, sin más. Mi amiga me confesó que necesitaba el trabajo, que el Padrenuestro se lo sabía y, después de pensarlo un par de segundos, se levantó, se volvió y lo rezó. ¿Usted qué hubiera hecho?
La idea de “El método Grönholm” nació de una anécdota real. En una papelera, un periodista encontró casualmente las fichas desechadas de unas aspirantes a cajera de supermercado. En ellas, el encargado de las entrevistas había anotado sus impresiones sobre cada candidata. El periodista hizo un reportaje sobre ello y transcribió algunos de sus apuntes. Eran del tipo “ésta no, por gorda”, “moraca, no sabe ni dar la mano”, “apesta”, etcétera. La noticia me llevó a pensar en la relación que se establece entre alguien que necesita un trabajo y aquél que tiene el poder de proporcionárselo. Una situación en la que el aspirante intenta mostrar su mejor cara, o al menos la cara que cree que se espera de él, y el entrevistador intenta descubrir a quién tiene delante y si es el tipo de persona que necesita. Un juego de engaños y astucia que, llevado al límite, se convirtió en esta comedia. Un juego al que todos hemos jugado alguna vez. Todos hemos sido examinados de una forma u otra y creo que esa es la principal razón por la que “El método Grönholm”, en estos ya más de quince años que han pasado desde su estreno, se ha representado en sesenta y tantos países y continúa reponiéndose. Todos nos sentimos identificados con los dilemas por los que transcurren los personajes, nos ponemos en su lugar y, en el fondo, dudamos de hasta dónde podríamos llegar si la recompensa es lo suficientemente alta. Por cierto, a aquel entrevistador del supermercado, después del reportaje, lo despidieron por falta de ética, pero si en lugar de haber escrito “ésta no, por gorda”, hubiera anotado “el perfil de la candidata no se ajusta al puesto” no hubiera habido noticia y no habría pasado nada, aunque la realidad continuara siendo la misma, que no la cogía por gorda.
Autor: Jordi Galcerán
Director: Tamzin Townsend
Reparto: Luis Merlo, Marta Belenguer, Eleazat Ortiz e Ismael Martínez
Producción: Carlos Larrañaga Ayte. producción: Andrés Belmonte. Ayte. dirección: Chema Rodríguez. Diseño escenografía: Anna Tusell. Diseño iluminación: Felipe Ramos. Diseño vestuario: Gabriela Salaverri. Jefe técnico: David González Diseño gráfico: Hawork Studio – Alberto Valle. Fotografía: Sergio Parra Construcción escenografía: Mambo Decorados
Me gusta lo practica que es vuestra página