Ahora que se cierra. Ahora que parece que todo termina. Nos vamos. La casa de la Portera cierra sus puertas el próximo domingo, tal y como empezó, con Ivanoff.
Era un proyecto a corto plazo. Nos reuníamos unos cuantos amigos y con mucha ilusión, poco dinero y el talento (mucho o poco, eso que lo decidan los demás) hacíamos un Chéjov. Nada menos que un Ivanov. No se representaba en España desde los ochenta, capitaneados por Juan Diego.
Era una locura pero, había que intentarlo. Y si no convencíamos pues nos íbamos a casa y nos llevábamos la experiencia.
Al principio hacíamos tres funciones por semana. Pero nos quedamos cortos. Somos tantos en el proyecto, pensamos, que no tenemos días pera que vengan todos los amigos. E hicimos cuatro por semana. Pero tampoco paraban las reservas. Y ahí, nos dimos cuenta que, tal vez, no había sido tan mala idea. Y tuvimos que hacer siete funciones por semana. Y en vez de un mes estuvimos cinco en cartel.
No solo nosotros nos dimos cuenta de que era un sitio atractivo para el público. En poco tiempo José Martret y Alberto Puraenvidia, padres de la idea, empezaron a recibir ofertas de espectáculos para la casa. Podría ser un modo de ayudar a pagar los gastos. Y se inició una pequeña programación en la sala. Meses después nos dimos cuenta de que aquella idea había sido el inicio de un montón de sitios que empezaban a programar teatro. El off estaba de moda. Y empezó un movimiento de salas, actores, autores, directores, que hasta el momento no habían tenido sitios para crear, para probar, para equivocarse.
Ahora parece que el off tiene que explotar. Parece que la formula tampoco convence a propios y ajenos al mundo teatral. Es cierto que el off tiene problemas. Es cierto que no se cobran sueldos dignos, incluso cuando se tiene la suerte de cobrar algo.
Es cierto que se precariza el trabajo de los creadores. Pero también es cierto que ha sido la ventana para muchos de ellos que después han podido saltar a circuitos que hasta entonces eran vetados para mucha gente.
Actores que anuncian su retirada del teatro porque es intolerable la situación. Sobre esto, si bien entiendo que es un toque de atención, me parece que esta desenfocado. Antes del off (por cierto, no me gusta esa denominación, pero la usare para entendernos) todos esos creadores que cobran tan poco, no cobraban nada y estaban mano sobre mano, si podían aguantar el tirón del paro sin trabajar, o trabajando en alguna terraza o restaurante de comida rápida cobrando sueldos igual de miserables y sin poder dar salida a su creatividad. Es cierto. El off es precario. Pero no mas que un contrato temporal en muchos sitios donde te prorratean hasta las vacaciones para poder recibir una miseria.
La atención, según creo y a riesgo de equivocarme, hay que ponerla sobre otras cosas. Por ejemplo, no tener un régimen especial de cotización y tributación distinto al de resto de trabajadores que permita acceder a prestaciones sociales debido a la temporalidad de nuestro trabajo, como sucede en otros sectores y en otros países (por ejemplo en Francia, donde hasta una animación en una discoteca computa para el subsidio de desempleo, que es diferente al de los trabajadores del régimen general)
Es ahí donde tenemos que enfocarnos.
No se como se puede conseguir eso. Seguramente en este país es impensable. Pero no voy a demonizar el off. Gracias a el en los últimos años creadores que pasaban desapercibidos han empezado a trabajar en nuestro país y fuera de el. Bienvenido el off si nos ha permitido ver a Padilla, Luque, Martret, Conejero, Bezerra, Hernández Centeno, la Perez, Boira, Muradai, Velasco y tantos y tantos otros ( como el maravilloso elenco de Ivanoff, con nuestro Germán premiado por la Unión de actores). Bienvenido si ha permitido que gente que estaba en su casa mordiéndose las uñas ha dicho se acabó y ha puesto en pie un proyecto.
Nos pueden quitar el sueldo, nos pueden masacrar con impuestos, pero no pueden acabar con la creatividad. Ese es el verdadero valor del llamado Off. Y si encima de eso nos da para hacer la compra de la semana, pues mejor. No es la solución a nuestra precariedad laboral. Pero es que esa precariedad existía antes del off.
Creo que fuimos el pistoletazo de salida para creadores espacios, formas de hacer. Y de eso hay que sentirse muy orgulloso.
Si lo importante es la necesidad de contar y crear, tal vez el off sea un buen camino. No el óptimo desde luego, pero si una opción.
El domingo, por ultima vez daré vida a Ivan en La casa de la Portera. En mi casa, en la que ha sido la casa de muchos. Y no puedo dejar de sentirme orgulloso y profundamente triste de que un espacio así cierre. Pero esta bien porque ha cumplido su misión y con creces. Y seguro que impulsará a otros muchos a hacer intentos parecidos. Eso es un capital impresionante. Más allá de otras consideraciones. Y he tenido la suerte de estar en el inicio.
Gracias portera. Gracias casa. Seguramente te reinventarás. Has sido de todo. Asociación anarquista, piso patera, lechería, teatro… Lo que sea de ti dependerá de muchas cosas. Pero volverás a tener una nueva vida.
Aunque para mi siempre serás la casa de Ivan, mi casa. Gracias.
GRACIAS PORTERA
Muchas gracias y enhorabuena, habéis hecho algo grande en beneficio de todos.