Del 3 al 19 de Septiembre
Canícula, (evangelio apócrifo de una familia, de un país) es un relato grotesco en el que se evidencia, a partir de la historia de una familia española, los resortes patriarcales de la familia-Estado. Una familia-Estado que con su disfuncionalidad mantiene sometidos a los individuos. Resulta curioso observar qué tipo de mecanismos hacen que las personas se sientan como parte de un grupo, a veces son cosas de lo más banales o estúpidas, sin embargo, como seres humanos, necesitamos de esos mecanismos para construir nuestra identidad. En Canícula, los seis hermanos refuerzan sus vínculos a través de convicciones autoritarias, sexistas o racistas. No saben hacerlo mejor, o no pueden, en cualquier caso repiten una y otra vez los roles heredados que los llevan a una existencia miserable. Es por eso que en Canícula hay algo de fatum, de destino trágico del que no se puede escapar, es por eso que en Canícula hace todo el tiempo “un sol de justicia”. Sin embargo, la obra no se centra tanto en el juicio de los personajes, como en ver las situaciones “a la luz del día”. Es más, tengo que decir que hay en esta obra, pese a todo, mucho amor y mucha ternura hacia los personajes. Cuando escribí este texto me base en muchas de las situaciones que había vivido con mi propia familia. También en las discusiones de diferentes familias que había presenciado en las salas de espera de los hospitales. Canícula habla de una sociedad enferma, eso es innegable, pero quizás el mayor drama al que asistimos en esta obra y con estos seis personajes, es el de la absoluta soledad que sienten. Y ese es un drama común a todos los seres humanos. Por ello hay en el tratamiento formal de la obra, cierto tono mítico que se mezcla con conversaciones de lo más coloquial.
Canícula es, en definitiva, una obra que habla de nuestra identidad, la española, la nuestra. Una identidad construida por muchos años de tiranía. Construida sobre la base del sacrificio, del chivo expiatorio. Una identidad cuyos errores se repiten día tras día, generación en generación, cuyos errores no dejan de repetirse, igual que el sol no deja de salir cada mañana. Canícula es también una comedia, un esperpento en el que son posibles las mutaciones, los Apocalipsis y los milagros.
Apela a la imaginación como forma de salvación, de esperanza. Tiene un destinatario directo: el porvenir.
Las gemelas y los tres hermanos sentados en la sala esperan acontecimientos. Otro hermano, el tercero, está ingresado en la habitación. Ha sufrido una ligera indisposición. Un sol de verano abrasador parece atravesar el tejado e inundar la sala. De repente, tras la puerta, se oye una voz telúrica. El universo de los hermanos, rígido y atravesado por discursos excluyentes y reaccionarios, se tambalea ante la fuerza de esa voz de verdad y trascendencia. El miedo les paraliza pero no tendrán más remedio que entrar en esa habitación y presenciar la “transformación”.
Dramaturgia: Lola Blasco
Dirección: Vicente Colomar
Intérpretes: Rulo Pardo, Juan Antonio Lumbreras, Antonio Gómez Celdrán
Joshean Mauleon, Eva Trancón, Nerea Moreno
Diseño de iluminación: Luis Perdiguero
Vestuario: Guadalupe Valero
Espacio escénico: Luis Perdiguero y Vicente Colomar
Espacio sonoro: Jesús Tejido y Vicente Colomar
Técnico de sonido: Jesús Tejido
Asesor de movimiento: Ricardo Santana
Caracterización: Maria Fernández
Foto y video: Alfonso Pazos
Diseño gráfico: Alfonso Pazos y Vicente Colomar
Producción ejecutiva: Luis Alberto Caballero y María Ollero
Agradecimientos: Aitana Galán, Sex-peare teatro, Teatro Español
Fechas y horarios: Del 3 al 19 de SEPTIEMBRE
De jueves a sábado a las 21h. en la SALA CUARTA PARED