Bravo Teatro
presenta
El acercamiento y el abrazo a la cultura griega ya es por si sólo una buena razón.
El Notario surge de una anécdota basada en un hecho real que llevó a Nikos Vasiliadis a convertirla en una famosísima novela. Más tarde surge la adaptación teatral en forma de monólogo, en el que la protagonista nos cuenta, desde la distancia que permite narrar algo que ya pertenece al pasado, la fantástica y original historia de Erasmia, su hija y el carismático zapatero con palabra de notario, y algunos atributos más….
El monólogo se representa actualmente en un importante teatro de Grecia y ha supuesto uno de los éxitos teatrales más grandes de los últimos años.
¿Hay algo más actual, universal e incombustiblemente moderno que los seres humanos ahogando el deseo en lugar de vivir las pasiones, simplemente para equilibrarlo con el entorno?
No estamos acostumbrados a compartir teatro griego contemporáneo, cuando en realidad somos culturas vecinas y realmente compartimos pasiones y emociones verdaderamente cercanas.
Afrontar un texto griego supone un bonito reto artístico y cultural.
La moralidad de la hipócrita sociedad que nos rodea siempre es un buen tema para pisar el suelo de un escenario. La historia es original, divertida, apasionante, no hay muchos textos interesantes para mujeres de cincuenta años para arriba que tienen mucho, mucho que contar. El personaje protagonista no sólo cuenta la historia, sino que con lo que no nos cuenta, permite al espectador descubrir la mezcla de emociones entre el deseo, el rencor, la envidia, la hipocresía, la moralidad, el agradecimiento, la falsa moral… Esta estupenda montaña rusa que explota en catástrofe, es una atractiva y apetecible fórmula teatral.
Pequeñas sociedades, grandes pasiones
El Notario es un monólogo conmovedor, lleno de humor y pasión en el que se unen la confesión y la culpa, el narrador y la víctima. El narrador en este caso es una mujer que vive en el lugar y momento equivocados, la víctima ahora está en la cárcel ….
Sinopsis
EL Notario es una adaptación teatral de la novela homónima de Nikos Vasiliadis, realizada por Enmanuela Alexiou y Yorgos Karamijos. La adaptación unifica en el monólogo de uno de sus personajes principales, ERASMIA, todo el contenido de la novela, convirtiendo la asepsia de la narración original en tercera persona en un relato subjetivo lleno de fuerza y de dobles intenciones, un relato personal donde afloran todos los personajes de la novela bajo la mirada traslúcida de la protagonista,un juego de espejos donde los reflejos se distorsionan en lo que podría denominarse un monólogo “coral”.
Erasmia, viuda desde los 25 años (perdió a su marido en la guerra), madre de una hija que tuvo que criar en soledad y bajo la atenta y dura mirada del pueblo griego en el que vive, combatiendo los envites de la cerrada sociedad griega de la época, desgrana ahora, ya en la cincuentena, su historia y la de los que conviven con ella, su hija Matula y su yerno Argyris “EL Notario”, un hombre cabal y capaz de cumplir todas sus promesas, “cueste lo que cueste”. La suya es una historia de sacrificios y de supervivencia en la que, tras renunciar a contraer nuevo matrimonio, se resignó con actitud monacal a su kiosco y a la alimentación de su hija, que ya adulta, decide casarse y continuar su vida de pareja en el mismo domicilio materno, donde la convivencia sofocante termina de redondear una vida salpicada de renuncias y de ocultamientos.
El relato de Erasmia está cargado de ironía y de un afilado sentido del humor, es el relato de una mujer fuerte, endurecida por la vida, donde lo que se oculta es más importante que lo que se expresa. Un texto de fuerte sabor meridional, lleno de luz y de sombras, donde la huerta, y sobre todo el calabacín, se erigen en simbólicos protagonistas de la hipocresía de la época. Un texto donde el trasfondo social y personal matizan el relato hasta elevar su voz por encima de lo que Erasmia nos cuenta, como si pretendiésemos tapar y acallar el alarido de un gigante con la inocente mano de un bebé. Es una tragicomedia de fuerte sabor mediterráneo, con sus contradicciones y sus virtudes, festiva pero turbulenta, un retrato social que crece y se modula constantemente hasta llegar al sorprendente y explosivo final, como el último petardo de una traca mediterránea, dejando tras de si un fuerte olor a pólvora y un intenso sabor a calabacines cocinados.
Doña Erasmia: Pilar Massa
Adaptación Teatral: Yorgos Karamijos y Enmanuela Alexiou
Versión en castellano: Adrián Bautista Gascón Concepto Escénico: Rafael Garrigós Vestuario: Ovidio Ceñera Diseño de Iluminación: Francisco Ruiz Ariza Ayudante de Dirección: Ignacio Jiménez Dirección: Pilar Massa Secretaría de Producción: Alicia Rodríguez Promoción y Prensa: María Díaz Fotografía: Bernardo Gutiérrez Transporte: SICU Hnos. Distribución: Bravo Teatro S.L. Video: Fernando Colomo Operadora de cámara y sonorización: Ángela Ugalde Diseño Gráfico y edición: Manuel Dè