ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO, notas de Jaroslaw Bielski

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Alguien voló sobre el nido del cuco en el Teatro Fernán Gómez

ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO

notas del director Jaroslaw Bielski

Una obra de Dale Wasserman, basada en la novela de Ken Kesey.

Dirección y traducción de Jaroslaw Bielski. Se representará en el Teatro Fernán Gómez del 11 de octubre al 4 de noviembre

 

¿Qué queda de aquella época que describe Ken Kesey en su estremecedora novela? ¿Por qué merece la pena volver a ella hoy?

 

Un hospital es un espacio aislado del resto del mundo, físicamente y mentalmente. Aparte de ser un lugar curativo, es para muchos una huida de la realidad, un asilo, donde las maldades del mundo, la violencia, la agresividad, no llegan. Un lugar donde no existen ni la necesidad de tener que demostrar algo ni la angustia de alcanzar un éxito, donde los tormentos de tener que ser “alguien” dejan de existir, dando lugar a la tranquilidad, el sosiego y la paz de un escondite, de un refugio en el cual uno se puede sentir protegido de la locura de la sociedad, de la familia, de los jefes exigentes, en una disciplina de costumbres rutinarias pero placenteras, porque no requieren del esfuerzo de pensar y decidir por uno mismo. Un lugar así se rige con sus propias reglas de juego, controladas por los médicos y las enfermeras. Es el lugar del orden y del ritual de las repeticiones diarias de comportamientos que eximen a los pacientes de la necesidad de hacer algo, permitiendo así una cómoda vegetación diaria.

La novela de Kesey y la versión escénica de Wasserman hablan de un lugar así. Ese hospital es una metáfora de gran parte de nuestra sociedad. Una especie de chatarrería, cementerio de automóviles humanos, un zoológico de unos personajes incapaces de encontrarse en un mundo exterior enloquecido por el despiadado dominio de unos seres humanos sobre los otros. Una isla en la gran ciudad. Un territorio cerrado, protegido, dominado por “unos”, los que “saben” lo que necesitan los “otros” para ser felices, donde la falta de la libertad supone, paradójicamente, una liberación para muchos, como en el Mundo del Gran Hermano de Orwell.

Pero incluso en ese mundo de paz y sosiego, siempre hay unos pocos que controlan y manipulan la situación, y otros, la mayoría, que se dejan controlar y manipular. Se dejan porque no saben o no quieren pensar por ellos mismos, convirtiéndose voluntariamente en los súbditos de la máquina del poder.

McMurphy es un rebelde, sin causa, o con causas más que suficientes, pero incomprendidas por esos súbditos, cómodos en su esclavitud e inconscientes de las devastadoras consecuencias de esta. Él se rebela, reivindicando su libertad. Una actitud, tal vez, ingenua, infantil, estúpida, olvidada ya en este “nuestro” mundo de orden y del bienestar adormecido por los fármacos de la globalización. Una actitud insensata para muchos, pero vital para un ser humano que lo único que pretende es vivir su vida a su manera, de acuerdo con su propia verdad.

Esa actitud crea peligro de contaminar a otras mentes no del todo todavía contagiadas por el sistema. Por tanto, debe morir. Desaparecer. Volar sobre el inexistente nido del cuco.

Nuestro montaje del 2018 no pretende hablar de una institución psiquiátrica en un sentido concreto. Esas instituciones de antes ya han desparecido de nuestros hospitales, aunque siguen presentes en la sociedad, agrupando personas “no aptas” para la comunidad social. Hoy, la televisión, internet, el móvil, se han convertido en los opresores de nuestra libertad, privándonos del libre albedrío, de la voluntad, de la capacidad de decidir por uno mismo. Las empresas multinacionales son nuestros médicos y enfermeras, que aplican las medicinas del mercado, consumidas sin ningún criterio por los súbditos, cada vez más incapaces de tener su propia capacidad de decidir. Los centros comerciales se han convertido en los psiquiátricos de hoy, diseñados por el Gran Hermano, con un hilo musical y las órdenes de la megafonía sobre lo que hay que hacer, comprar o consumir. Los medios de comunicación son ya los los reality showsde una vida vacía y superficial, al alcance de cualquiera que quiera triunfar por un día y al siguiente desaparecer

Nuestro montaje es una idea propuesta por una productora de Cine, La Dalia Films, que ve una gran oportunidad en fusionar la experiencia del mundo de la imagen del cine con el mundo de la emoción del teatro en un espectáculo próximo al espectador de hoy. Tanto la escenografía, la iluminación y el vestuario van acordes con la idea de ver y sentir nuestro particular “manicomio” en el cual se están convirtiendo nuestras vidas, dentro de las dimensiones dignas de un gran teatro. Un reparto de actores consagrados y conocidos en el ámbito teatral y cinematográfico español da vida a 16 personajes llenos de comicidad y dramatismo. Después de 15 años desde su estreno en España, vuelvo a dirigir este texto con la misma ilusión de entonces, acompañado por un potente equipo artístico. Es una apuesta arriesgada. Lo sabemos. Pero que merece la pena por encima de todo. Hoy en día, más actual que nunca. Espero que la disfrutéis.

 

Jaroslaw Bielski.

ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO se estrena el 11 de octubre en el Teatro Fernán Gómez

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