GRUPO MARQUINA – SIEMPRE TEATRO
presentan
de Ernesto Caballero
con Concha Velasco
Del 11 de octubre al 12 de noviembre de 2017
Galardonada por segunda vez con el Premio Nacional de Teatro precisamente al hilo de este espectáculo, Concha Velasco regresa a La Abadía del 11 de octubre al 12 de noviembre para compartir con nosotros la confesión de uno de los personajes más conmovedores de nuestra historia, Juana de Castilla.
Un personaje que si Shakespeare hubiese conocido sería sin duda alguna, la protagonista de una de sus grandes tragedias a partir de una mujer, hija de los Reyes Católicos, que se ve desde muy niña, arrastrada vertiginosamente por todas las turbulencias, las intrigas políticas y religiosas de la época. Una mujer, una reina destrozada emocionalmente por sus grandes contradicciones, por su rebeldía, por su fuerte personalidad y por un enorme desequilibrio afectivo que cristaliza en ese paseo por el amor y la muerte que es su matrimonio con Felipe de Habsburgo. Ya desde su nacimiento se vio rodeada por los gritos de agonía de más de cien herejes que a esa misma hora morían quemados al pie de la misma ventana tras de la cual la Reina Isabel la Católica yacía, atravesada por los dolores del parto. El perfume sangriento de La Inquisición dándole ya la bienvenida al mundo. La leyenda popular y el morbo enfermizo de este país acumulado durante años alrededor de su personaje, ha sido inspiración para obras de teatro, series de televisión y películas.
De todos modos, siempre eché en falta un tratamiento más profundo y más justo con tan extraordinario personaje y cuando Ernesto Caballero me mandó este texto, vi, desde su primera lectura, que era el espectáculo teatral que había que hacer. Así nació este proyecto, REINA JUANA. Ernesto Caballero plantea desde reflexiones de una gran contemporaneidad todas las grandes preguntas de una época marcada por la intolerancia religiosa, la corrupción política y la ambición desmesurada de una monarquía absolutista cuyos ecos aún resuenan en nuestros días desgraciadamente. Nada hubiese sido posible sin la pasión de dos productores de raza, Juanjo Seoane y Alejandro Colubi, que han puesto su gran experiencia al servicio de este proyecto y, desde luego, sin una grande de la escena española, Concha Velasco que es la razón última de ese entusiasmo que nos invade a todos. Es ella con su talento, su humanidad, su complicidad con el mejor teatro, su inteligencia y su total entrega , desde el primer día, la luz que ilumina las partes más oscuras y dolorosas de un personaje que parece hecho a su medida. Gracias Concha por haberte embarcado en este viaje tan apasionante y tan luminoso como la propia vida.
Hay figuras históricas por las que se sienten especialmente atraídos los creadores de ficción, sus vidas son recreadas una vez tras otra y en esta reiteración se van esculpiendo unos personajes ya de dudosa semejanza con el referente original. Esto le ha sucedido a Juana de Castilla, modelada en el romanticismo como esa loca de amor que todos conocemos. Una enajenación que, si bien responde a unos hechos comprobados, ha solapado otros muchos aspectos que dan cuenta de una personalidad mucho más compleja en la hija de los Reyes Católicos. Juana encarna – y de qué manera- el paso del medievo a la edad moderna; en este sentido, su prolongada reclusión así como su renuncia a encabezar la revuelta comunera bien pudieran simbolizar el rechazo o la incapacidad de adaptación a una nueva época cuyas directrices en lo referente a la acción política estaban plasmadas en El Príncipe, de Maquiavelo. En este contexto nuestra reina se nos presenta caracterizada por la falta de adecuación a la realidad que hoy define a buen número de las patologías mentales, pero, también, por un temperamento indómito y transgresor obstinado en contravenir las pautas de comportamiento convencionales.
Sea como fuere, debemos recordar lo obvio: una narración imaginada basada en un acontecimiento real no tiene porqué ajustarse a la veracidad del detalle historiográfico; un texto de ficción no es un tratado de Historia, por tanto sus postulados no se deben tanto a la fidelidad documental como a las lógicas internas del relato. En este caso, los datos acreditados me han servido para situar al personaje y dar verosimilitud a la fábula con la intención última de propiciar una realidad poética autónoma propia de la escena. En este empeño he dispuesto de una herramienta inapreciable: la complicidad de un director como Gerardo Vera, cuya maestría ha sabido resolver con brillantez y elocuencia numerosos recursos de teatralidad latentes en este oratorio.
Con todo, mi principal propósito como dramaturgo ha sido crear un personaje poliédrico, sensible y perspicaz decidido a sobrevivir al infortunio haciéndose fuerte en los infranqueables dominios de la irrealidad y la imaginación. Un sueño felizmente cumplido por obra y gracia de una artista excepcional, Concha Velasco, reina y señora de esa balsámica conmoción que conocemos como Teatro.
“No he querido formar parte de su mundo, el mundo de los cuerdos”
Única actriz sobre el escenario, Concha Velasco se convierte en Juana de Castilla ―más conocida como Juana la Loca―, uno de los personajes más conmovedores de nuestra historia, para contarnos sus vivencias y, por supuesto, rendir cuentas a las personas que estuvieron en su vida, antes de morir sola y alejada de lo que más quería: sus hijos.
Juana de Castilla fue convertida en una sombra, primero por su marido, Felipe el Hermoso; después por su padre, Fernando el Católico, quien la recluye en Tordesillas; y finalmente por su hijo Carlos V, que la ignora.
Antes de morir sola, alejada de lo que más quería, sus hijos, rememora los episodios clave de su vida, en este “oratorio dramático” de Ernesto Caballero dirigido por Gerardo Vera. El resultado es un espectáculo que rompe con la imagen romántica de la loca de amor que todos conocemos.
El monólogo es un oratorio que Caballero presenta en el momento que la reina sabe que va a morir y hace una confesión en la que repasa toda su vida.
Esta obra reúne a dos hombres de teatro que siempre han estado cerca de La Abadía: escrita por Ernesto Caballero, que aquí presentó Brecht cumple 100 años, Santiago de Cuba y cierra España y La tortuga de Darwin, y dirigida por Gerardo Vera, quien durante muchos años fue Patrono y que dirigió el primer Shakespeare de La Abadía, La noche XII.
Dirección Gerardo Vera
Autor Ernesto Caballero
Escenografía Alejandro Andújar y Gerardo Vera
Iluminación Juanjo Llorens
Vestuario Alejandro Andújar
Videoescena Álvaro Luna
Diseño de sonido Raúl Bustillo
Fotografía Sergio Parra
Ayte. de dirección José Luis Collado
Ayte. de escenografía Laura Ordás Amor
Construcción escenografía Mambo & Sfumato
Realización vestuario María calderón y Ángel Domingo
Con Concha Velasco
Distribución: Iraya Producciones
Una producción de Siempre Teatro y Grupo Marquina
Fechas y horarios: Del 11 de octubre al 12 de noviembre de 2017
De martes a viernes, 19:30h. Sábados, 18:00h y 21:00h. Domingos, 18:30h TEATRO DE LA ABADÍA
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Mi tesis fue Doña Juana de Castilla: La Reina Maltratada. Me encantaría ponerme en contacto con Concha soy doctora en Psicología Clínica y me editan la tesis habiéndomela publicado. Soy admiradora de Concha y ahora además los que trabajamos para doña Juana somos su gran Elan Vital como diría Ortega. o su Urdimbre Afectiva como diría Rof Carballo. Un saludo