PRÓXIMO en el Teatro del Barrio

TEATRO DEL BARRIO

Complejo Teatral De Buenos Aires, Maxime Seugé, Jonathan Zak

presenta

PRÓXIMO

¿Qué pasa cuando el cuerpo está lejos de donde está la emoción?

5-26 noviembre

¿Qué pasa en el cuerpo cuando el afecto sucede siempre lejos, más allá de nuestros límites? ¿Podemos amar sin tocarnos, sin olernos, sin conocer la piel? 

A través de la historia de Pablo (Lautaro Perotti), un argentino que se encuentra en Australia, y Elián (Santi Marín), un actor español que vive en Madrid, Claudio Tolcachir, autor y director de Próximo, indaga en torno a los vínculos fundados en la distancia. Dos hombres desarrollan una historia de amor marcada por la lejanía física, y poco a poco cada uno se convierte en lo único que el otro tiene en el mundo, pero siempre lejos, sin tocarse.

En los tiempos de Tinder la relación epistolar ha sido sustituida por las redes sociales: se agregan a las redes, se laikean, se conocen, se acompañan y se aman. Pero ¿qué pasa en el cuerpo cuando el afecto sucede siempre más allá de nuestros límites? ¿Podemos amar sin tocarnos, sin olernos, sin conocer la piel?

Próximo nace del instante cuando la comunicación se corta, la falsa sensación de ocupar el mismo espacio se rompe y la soledad lo inunda todo.

La poesía del teatro es el ámbito más crudo para mostrar una distancia tan irreal como la cercanía de un Skype. Se establece un pacto mágico con el espectador a la hora de crear una ficción: creer que esos dos personajes que vemos a medio metro en escena, se hallan, en realidad, a miles de kilómetros.

El conmovedor texto del argentino indaga sobre la identidad, la soledad, nuestro miedo a mostrarnos y el cambio de paradigma en las relaciones. Cómo las nuevas tecnologías permiten a los que se conectan mantenerse a distancia…protegidos de todo compromiso.

• «Próximo», lo último de Tolcachir en el Festival de Otoño
• Amor y resistencia vía Skype
• «Próximo», una historia de amor a través de las redes
• Soledad en tiempos de hiperconectividad
• Cuando amar a través de una pantalla deja de ser la excepción