presenta
Autoría y dirección: Pablo Rosal. Elenco: Luis Bermejo
Tras la magnífica LOS QUE HABLAN, y antes de que Pablo Rosal estrene en Madrid A LA FRESCA, vuelve a escribir y dirigir. Luis Bermejo en HOY TENGO ALGO QUE HACER, la nueva producción del Teatro del Barrio, un monólogo cómico en torno al abismo y maravilla de nuestras ocupaciones vitales.
Con Hoy tengo algo que hacer nos disponemos a presentar las peripecias de un héroe moderno que, siguiendo los cauces de la gran tradición picaresca, parte del hogar con el propósito de comprender qué es esto de tener una ocupación, un algo que hacer que sustenta y organiza cualquier existencia.
Lejos de ser un tema anecdótico o elemental, o precisamente por esto último, se nos antoja como algo fecundísimo el poner atención sobre este fenómeno absolutamente universal, que atraviesa y fundamenta toda psique: la construcción de cualquier personalidad se basa en el tener algo que hacer, el relato de cada cual respecto al resto se sostiene en el valor y significado que le otorgamos al algo que hacer, y en un nivel todavía más básico: el día, la semana, el año, se hacen muy largos, nos piden relleno y estructura y dirección, necesitamos agarrarnos a algo que hacer para dar sentido y sustancia.
Dicho lo cual, sólo el payaso es capaz de emprender tamaña empresa con luminosidad, pues su insustancialidad fundacional e inherente, su distancia con cualquier certeza o seguridad y su inagotable curiosidad y sorpresa nos permite adentrarnos en esta investigación que aspira a desvelar honestamente y sin ironía las motivaciones y ocupaciones que dan forma a la orgullosa y atormentada vida humana. Mediante un relato torrencial, rico en encuentros, ocurrencias y verbo grácil, el espectáculo se propone desplegar un festín cómico y siempre poético. Para asumir el reto, no se nos ocurre nadie más atinado y poderoso que el gran Luis Bermejo. Su capacidad sugestiva, su encanto y su comicidad son un trampolín ideal para encarnar lo expuesto.
En este siglo XXI desvelado, literal, arrasado, sin apenas motivaciones mágicas o simbólicas y con una insaciable tecnología abstracta que no va a parar hasta simplificar la vida y desposeerla de toda voluntad, el algo que hacer se nos presenta como una rudimentaria incógnita, una duda desesperada para el devenir. Y al mismo tiempo, conocemos y sufrimos la necesidad de estar ocupados, allí construimos nuestro orgullo y nuestra respuesta al estar en la vida. Hemos enmasillado la vida con cosas que hacer para acallar muchas cosas. Y entonces, claro, el Arte ofrece su abrazo y su vacío, para que nos confesemos en comunidad.
La función es apabullante. Pero no en el sentido de despliegue técnico o decorados espectaculares. Al contrario, es un monólogo con escenografía básica. Pero ¡qué monólogo! (…) nos regala un festín de palabras inusual en el teatro contemporáneo. “Una fantasía verborreica, un exceso”, (…)Palabras escritas para ser leídas, pero sobre todo para ser pronunciadas con todas sus letras, degustadas y recreadas por el actor Luis Bermejo, pues para él se escribió este texto y una vez visto no se puede imaginar en boca de otro.Bermejo le da tal vuelo al pícaro que lo acaba convirtiendo en un Quijote. También él es un festín. Combina el arrojo del caballero con la locura del payaso. Domina la palabra, el cuerpo y el espacio sin miedo al exceso. A estas alturas, no hace falta decir que es uno de los mejores actores del teatro español.
Raquel Vidales, BABELIA (EL PAIS)
Autoría y dirección: Pablo Rosal
Elenco: Luis Bermejo
Una producción de Teatro del Barrio