Del 18 de diciembre de 2015 al 10 de enero de 2016
El 1 de JULIO abria el Festival de Mérida MEDEA. Con dirección de José Carlos Plaza y dramaturgia de Vicente Molina Foix a partir de textos de Eurípides, Séneca y Apolonio de Rodas.
Ana Belén da vida a una hechicera y vengativa Medea. La actriz vuelve a meterse en la piel de un personaje mítico del mundo clásico y lo vuelve a hacer a las órdenes de José Carlos Plaza. Ambos culminan así una trilogía de mujeres trágicas: Fedra (2007), Electra (2012) y esta Medea. Acompañada en escena por un elenco de grandes actores: Adolfo Fernández, Consuelo Trujillo, Luis Rallo, Poika Matute, Alberto Berzal, Olga Rodríguez, Leticia Etala y Horacio Colomé.
La versión libre de Vicente Molina Foix, dirigida por José Carlos Plaza, enfatiza las razones por las que Medea se comporta de la manera en que se comporta, alejándose de juicios paralelos que puedan irrumpir en la trama.
Más de 8.000 espectadores y dos llenos absolutos dejan constancia de que Medea es una de esas historias que agarran el corazón y confirman que la sangre puede ser a la vez el detonante de una nueva vida.
Medea es doblemente legendaria desde la antigüedad, porque a la suya le precede otra leyenda no menos poderosa: la del viaje en busca del Vellocino de oro emprendido por los Argonautas al mando de Jasón. Nuestra ‘Medea’ refleja el mundo propio de Medea y los antecedentes de la conquista del sagrado trofeo, fundiendo, como así debió de suceder en algún remoto día, la persona y las artes de la princesa hechicera con la figura del marino desposeído de su reino y su orgullo guerrero. La obra que he escrito también se mueve en dos frentes: el sueño heroico y la crudeza intemporal de una crisis de pareja hecha de intereses, miedos y amor violentamente defraudado. Eurípides y Séneca fueron los precursores, pero también, entre otros, nos inspiró la gran novela en verso de Apolonio de Rodas y los maravillosos relatos poemáticos de Ovidio. El molde argumental y ciertos pensamientos y palabras son de ellos, pero, siguiendo la estela de los escritores de todos los tiempos que fueron a los clásicos para abastecerse y revalidar su lección, hemos querido ser fervientes infieles, introduciendo elementos nuevos y dando a tres personajes aquí muy libremente recreados (la Nodriza, el Preceptor y Creonte) los perfiles cómicos y grotescos que no faltaron en la tragedia grecolatina.
‘Medea’ es, no sólo en ese sentido, una vuelta a la feliz experiencia que supuso en este mismo escenario la ‘Electra’ del 2012, en la que coincidíamos buena parte del equipo artístico y de la producción actual. A José Carlos Plaza, Pedro Moreno y Mariano Díaz me unen muchas experiencias teatrales, y es la quinta vez que como escritor trabajo con mi admirada Ana Belén, desde su inolvidable Ofelia del ‘Hamlet’ de 1989 interpretado por José Luis Gómez y dirigido en el CDN por Plaza. Son ahora, con los nuevos y magníficos nombres que se incorporan, los compañeros ideales en una aventura que nos lleva a la tierra en la que aún nos movemos: la de las pasiones imperecederas.
Medea llega a nosotros como un mito. El mito del desequilibrio. En Medea se rompe el equilibrio que los valores occidentales plantean entre el mundo femenino y el masculino.
Medea existe en un mundo primitivo donde las grandes respuestas cuyas preguntas aun ni siquieran han sido formuladas; donde el humano vive entre sus instintos y sus pasiones: nacer, engendrar y morir. Un mundo que cree y se sustenta en rituales, la mayoría sangrientos -que suplen la ausencia del pensamiento, amparan al miedo que produce el desconocimiento y la ignorancia sobre tantos y tantos porqués. ¿Por qué la noche?, ¿Y el firmamento? o la muerte…
El mundo de Medea es un mundo oscuro, esotérico, mágico donde la sangre es el elemento generador de vida. De ahí los rituales cruentos de jóvenes cuyo sacrifico, cuya sangre sirva de alimento a la tierra que creará los frutos que alimentaran a otros jóvenes: Un ciclo vital y en ese ciclo Medea es la hechicera, el sacerdote oficiador en este mundo oscuro de la Colquida.
Otro mundo aparece, el mundo viril de Jasón. El contacto se produce y Medea –dejando salir esa dimensión de mujer, encubierta y reprimida por occidente y apropiándose de los derechos sexuales y la acción agresiva y violenta que siempre ha ocupado el hombre– renuncia a su raíces, a su familia y hasta a ella misma. Sucumbe ante el Hombre. Y todo su instinto le empuja a no mirar atrás, a cortar, incluso con impiedad los vínculos sacros de tierra y familia.
Expatriada a un lugar extraño, a un mundo más avanzado, menos puro, más racional, Medea es traicionada. A partir de ese momento Medea trasgrede la norma de ese orden masculino. Actúa realizándose como ser. Corta la estirpe del hombre y amputa su esencia como madre, como cortó la de hija y hermana, y así equilibrar su propio entidad de ser. La sangre del hijo regará la tierra y creará nuevos seres no contaminados por la mentira y la traición. Dos mundos encontrados incapaces de entenderse. Y se produce el desorden , el quebrantamiento de un status por quien no tolera ni siquiera comprende la traición y mucho menos las mezquinas razones a ella conducen.
Reparto
Ana Belén: Medea
Adolfo Fernández: Jasón
Consuelo Trujillo: Nodriza
Luis Rallo: Preceptor
Poika: Creonte
Alberto Berzal: Corifeo
Olga Rodríguez: Corifea
Leticia Etala: Creusa
Horacio Colomé: Jasón joven
Equipo Artístico Y Técnico
Escenografía: Francisco Leal
Vestuario: Pedro Moreno
Ayudante de vestuario: Beatriz Robledo
Musica original: Mariano Díaz
Iluminación: Toño Camacho
Audiovisual: Álvaro Luna
Jefe de producción: Raúl Fraile
Ayudante de dirección: Jorge Torres
Dramaturgia: Vicente Molina Foix, a partir de Eurípides, Séneca y Apolonio de Rodas
Dirección: José Carlos Plaza
Producción: Jesús Cimarro
Una producción del Festival de Mérida y Pentación
Fechas y horarios: Del 18 de diciembre de 2015 al 10 de enero de 2016
De martes a sábado 20h. Domingos 19h en el TEATRO ESPAÑOL
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