[Los números imaginarios]
presenta
25 mayo a 4 junio
[los números imaginarios] invitan al público a dormir en la Compañía Nacional de Teatro Clásico con su propuesta de ‘La vida es sueño [el auto sacramental]. La compañía escénica capitaneada por Carlos Tuñón apuesta por una experiencia no representativa para descubrir con los cinco sentidos y a través del sueño
En su auto sacramental “La vida es sueño”, Calderón de la Barca sintetiza la historia teológica bíblica de manera magistral: la creación del Universo, la caída del Ángel, la creación del Hombre, la expulsión del Paraíso, la redención por medio del Perdón y la instauración de los Sacramentos. Simbólicamente, sugiere una aventura interior en la cual el Hombre se somete a arduas pruebas, a través de un viaje iniciático donde enfrenta a su propia Sombra. La obra muestra un tránsito obligado del aspirante al auto-conocimiento, que se entrega a la experiencia, tocando los extremos, aprendiendo de sus actos, así como de sus consecuencias, para finalmente acceder a un mayor estado de conciencia.
La vida es sueño, drama clásico de Pedro Calderón de la Barca, uno de los escritos más importantes de la lengua española, posee una versión auto sacramental poco conocida, que fue reescrita 40 años después de la original y después de que el autor se convirtiera al sacerdocio. En esa versión se hace una síntesis teológica de la humanidad, desde la creación del universo hasta la instauración de los sacramentos, cuyo tema principal es el desarrollo y la evolución de la conciencia del ser humano.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico acoge el estreno de La vida es sueño [el auto sacramental], una creación colectiva de la compañía [los números imaginarios] a partir de los textos de Calderón de la Barca. Esta es una apuesta por la no representación en la que el público no tomará asiento y verá la función sin más, sino que esta será ofrecida para experimentar con los cinco sentidos. La pieza sucederá, casi en su totalidad, a través de unos auriculares que cada persona recibirá a su llegada y, además, se invitará a dormir durante la experiencia… y tal vez a soñar.
Se trata de la primera vez que [los números imaginarios] presentan una producción en este espacio. Lo harán durante dos semanas en la Sala Tirso de Molina, del 25 de mayo al 4 de junio, con entradas agotadas desde el pasado mes. El equipo ha elaborado una pieza a partir de las dos versiones que Calderón escribió del auto de La vida es sueño, a sus 36 y 73 años respectivamente, escogiendo personajes destacados, como la aparición de La Sombra queriendo dominar el mundo en la primera y los cuatro elementos en la segunda.
La vida es sueño [el auto sacramental] cuenta con composiciones musicales propias de Nacho Bilbao, que el equipo transmite en forma de loa y otras canciones en escena, y con la dramaturgia de Gon Ramos, Luis Sorolla, Carlos Tuñón y el equipo del Ensamble. Los elementos de la naturaleza están diseñados y plasmados en escena gracias al trabajo de Paola de Diego en vestuario y el espacio y la plástica de Antiel Jiménez remiten a un dispositivo cómodo y apetecible para la invitación a dormir.
El elenco de cuerpos y voces lo componen Paula Amor, Pablo Gómez-Pando, Irene Doher, Antiel Jiménez, Daniel Jumillas, Rosel Murillo Lechuga, Alejandro Pau, Gon Ramos, Patricia Ruz, Luz Soria, el Primo de Saint Tropez, Nacho Sánchez, Irene Serrano, Luis Sorolla y el resto del equipo artístico que, como siempre, está presente durante la experiencia.
El director artístico Carlos Tuñón destaca que este es “un auto sacramental sin sacramento, sin la necesidad del dogma de fe, pero sí de la experiencia compartida, de promover la participación de una comunidad en un evento luminoso, vívido, físico y emocional; todo lo que hizo del género uno de los más populares de la época”.
Acciones expandidas
Como viene siendo habitual en la forma de exhibición de la compañía, La vida es sueño [el auto sacramental] no solo abarca el tiempo que el público pasa en el teatro, sino que ofrece otras acciones que van más allá. La primera de ellas es un Catálogo de sombras que todo el equipo ha elaborado de manera individual en torno al concepto de la Sombra. Este ha sido puesto en común en una exposición temporal abierta al público en Navel Art hasta el 4 de junio y disponible en la web de la compañía de manera permanente.
Por otro lado, algunos asistentes a las funciones recibirán El Evangelio según Segismundo. Se trata de una auto-obra creada por Luis Sorolla en la que se invita a los espectadores y espectadoras a intervenir sus cuartos de baño y a convertirlos en una sala de teatro para una persona. Ese espacio se convertirá en la torre de Segismundo, en la gruta de El Hombre de El Auto o en cualquier otra posibilidad. El Evangelio según Segismundo ocurrirá los domingos 28 de mayo y 4 de junio a través de la web de la compañía y se activará únicamente entre las 06:30 am y las 07:00 am, al amanecer.
Por último, Daniel Jumillas realizará [desde la torre], una emisión en directo desde del canal de YouTube de la compañía el domingo 4 de junio, desde el amanecer hasta inicio de función. El streaming comenzará en un interior y acabará a las puertas del teatro. La idea surgió a partir de preguntas sobre la inteligencia artificial y la problemática que puede haber para diferenciar ficción de realidad: ¿Quién puede ser un Segismundo actual, encerrado en su torre, sin saber qué es real y qué no? La traducción contemporánea planteada aquí sería la de una persona aislada en el mundo virtual y con una vida propia ahí, interconectada con otros avatares y mundos virtuales.
Compañía: [los números imaginarios] ENSAMBLE
Autor: Calderón de la Barca
Dramaturgia: Gon Ramos, Luis Sorolla, Carlos Tuñón y el equipo del Ensamble.
Dirección: Carlos Tuñón
Elenco: Paula Amor, Pablo Gómez-Pando, Irene Doher, Antiel Jiménez, Daniel Jumillas, Rosel Murillo Lechuga, Alejandro Pau, Gon Ramos, Patricia Ruz, el Primo de Saint Tropez, Nacho Sánchez, Irene Serrano, Luis Sorolla junto con el resto del equipo artístico.
Producción: [los números imaginarios]
Directora de producción: Rosel Murillo Lechuga
Coord. Artística / Ayte. Dirección: Mayte Barrera
Adjunta a dirección: Paula Amor
Movimiento: Patricia Ruz
Espacio y plástica: Antiel Jiménez
Iluminación: Miguel Ruz Velasco
Sonido y música: Nacho Bilbao
Grabación voces: JUMI
Vestuario: Paola de Diego
Realización de vestuario: Marisa Sánchez
Prácticas en espacio y vestuario: Carmen Flores
Asesora de verso: Irene Serrano
Asesor teórico: Sergio Adillo
Audiovisual: Ales Alcalde
Fotografía: Luz Soria
Jefa técnica: Rocío Sánchez
Técnico de sonido: Kevin Dornan
Gráfica: Rodrigo Arahuetes
Web: Quino Melguizo
Jefa de prensa y redes sociales: Amanda H C (Proyecto Duas)
Distribución: Caterina Muñoz (Caterina Producciones)
Residentes: Navel Art
Una performance siglo XXI dificil de entender. Si Calderón de la Barca levantara la cabeza se quedaría ojiplático. El montaje permite a quien quiera participar, tumbarse en el suelo cuando los actores lo indican. Lo que no indican es que fué durante casi una hora. La gente se levantaba cojeando. Para seguir la obra reparten unos cascos a través de los cuales se escuchan los diálogos, pero… oh, sorpresa: los diálogos incluyen textos en alemán y hebreo. En un momento dado también se escuchó una voz decir: “toma estos cascos, si no te funcionan me lo dices y te traigo otros”. No sé, esperabamos otra cosa muy diferente. La gente, loca por marcharse, no aguantó al final. Una decepción ver una obra tan importante maltratada de esta manera. No recomendable para el público en general.
De las obra de Calderon de la Barca sólo utilizan el concepto “sueño” de la totalidad de la obra y los actores actúan 15 minutos. En el resto del tiempo, el público está tumbado en el suelo. Los actores te avisan que es optativo pero lo que no dicen es que en el suelo estás el resto de la representación, escuchando (en los cascos) sonido de fondo, canciones de cuna y palabras en alemán.
Podían sugerir que es una alegoría o tratamiento del “sueño”, pero no manchar el nombre de Calderon de la Barca. Una decepción.
Fatal. Creo que la dirección actual de la Compañía Nacional de Teatro Clásico ha perdido el rumbo, o bien no lo ha tenido nunca.
¿Innovación? En mi opinión, esto no es teatro. Desde luego, no es teatro clásico. Me imagino a Calderón siendo invitado a echarse una siesta de una hora en una inclasificable revisión de su auto sacramental «La vida es sueño».
Por favor, no innoven tanto en la temporada que viene : nos gustaría asistir a representaciones dignas y respetuosas de las grandes obras de nuestro teatro clásico. Si no es mucho pedir…a la Compañía Nacional de Teatro Clásico
Estoy completamente de acuerdo con las opiniones que se alinean en la dirección de que la actual línea de la CNTC va con anteojeras y sin frenos.
Soy consciente de la producción cultural como objeto semiótico, pero lo que presencié en la sala es una tomadura de pelo esnobista rayana en el blanqueamiento de la idiocia. Hubiera sido de recibo una explicación anticipada, máxime cuando la propuesta es de carácter experimental y consiste en una sesión de meditación.
Termino diciendo que no soy para nada reaccionario, pero el percal que está tomando el asunto me hace recordar al cuento del traje nuevo del emperador… No auguro nada nuevo para la temporada que se acaba de presentar.