presenta
Un abracadabrante crimen teatral perpetrado por
Ignacio García May a partir del relato de Emilia Pardo Bazán
Dirección: Juan Carlos Pérez de la Fuente
Sala Negra / Del 3 al 19 de diciembre
La gota de sangre, de Emilia Pardo Bazán, es, según todos los especialistas, el primer relato policial moderno de la literatura española. Doña Emilia, siempre atenta a las innovaciones culturales de su época, no podía dejar de interesarse por el explosivo fenómeno de Sherlock Holmes, quien a la sazón gozaba ya de fama internacional. Sucede que a ella no le gusta Holmes, y por tanto construye su relato a la contra. En su intento de darle la vuelta a las convenciones establecidas por Conan Doyle, la Pardo Bazán lanza a su detective, de forma sorprendentemente innovadora, por caminos entonces inexplorados y que a la larga se concretarán y popularizarán en esa variación de lo policiaco que es lo Noir.
Se encuentran aquí todas las virtudes de esta grandísima autora: su originalidad y su inteligencia; su admirable modernidad literaria e ideológica; el gusto por lo sensual y la capacidad de análisis minucioso de la realidad, al mismo tiempo compasivo y crítico. Es muy conocida aquella observación de Stanislavski según la cual no hay personajes pequeños cuando el actor es grande. Lo mismo puede decirse de los buenos escritores. Estamos ante una joya que parece pequeña pero es, en realidad, enorme, y esperamos estar a su altura con nuestra versión teatral.
Ignacio García May
La gota de sangre, novela corta de Emilia Pardo Bazán, publicada en 1911, es, según la crítica, la iniciadora del género policiaco en España. Porque la autora, dentro de sus múltiples facetas, también estaba interesada por el misterio, por lo dramático, por la tragedia, y por lo detectivesco, como había dicho unos años antes: Cuando leo en la prensa el relato de un crimen, experimento deseos de verlo todo, los sitios, los muebles, suponiendo que averiguaría mucho y encontraría la pista del criminal verdadero.
En esta novela, Selva, el detective aficionado, va a resolver un crimen, con el deseo de solucionar, al mismo tiempo, su «vacío» existencial, su neurastenia; así, aconsejado por su médico, se dedica a explorar almas, ya que (le dice), No hay vida humana sin misterio. Y ese enigma, el hallazgo del cadáver de un hombre de negocios, le sirve a la escritora gallega para penetrar en la psicología de los personajes, y para plantear posicionamientos ante la realidad.
Dirección y escenografía:Juan Carlos Pérez de la Fuente
Versión: Ignacio García May
Diseño de iluminación:José Manuel Guerra
Diseño de vestuario: Almudena Rodríguez Huertas
Composición musical: Tuti Fernández
Reparto: Gari Piquer y Roser Pujol
Producción ejecutiva: Pérez de la Fuente Producciones Producción: Comunidad de Madrid