Punctum Compañía
presenta
Una controvertida pieza sobre la inmigración y la violencia sistémica que sostiene al capitalismo salvaje
Tras mudarse a Dublín para comenzar una nueva vida, la joven rumana, Madalina, se encuentra trabajando en un kebab, hasta que su novio, Voicu, le sugiere un trabajo más lucrativo. Su nueva carrera les pone en contacto con Bogdan, un compatriota rumano, estudiante universitario de Artes Visuales. Los tres encuentran una nueva forma de vivir y trabajar juntos. Su inquieto y desordenado ‘menage-a-trois’ persiste hasta que Madalina debe elegir entre uno de ellos.
KEBAB explora la dura realidad de la inmigración y lo que estamos dispuestos a abandonar por la esperanza de un futuro mejor.
«La violencia es, por naturaleza, instrumental; como todos los medios, siempre precisa una guía y una justificación hasta lograr el fin que persigue». Sobre la violencia. Hannah Arendt.
KEBAB, la controvertida obra de la reconocida dramaturga rumana Gianina Cărbunariu, fue prohibida unos días antes de su estreno en un teatro privado de Bucarest por su crudeza. Pero tras su estreno, KEBAB se convirtió en una de las producciones rumanas más representadas en el extranjero, llamando la atención de teatros de todo el mundo: Japón, Italia, Reino Unido, Bélgica, Dinamarca, Grecia… llegando a estrenarse en la prestigiosa Schaubühne, de Berlín. Ahora por fin podrá verse por primera vez en España de la mano de Punctum Compañía a partir del 2 de octubre en Nave 73.
KEBAB presenta una primera fábula de superficie que gira en torno a tres jóvenes emigrantes rumanos que tratan de alcanzar un futuro mejor en Irlanda. Pero lo realmente interesante lo encontramos en la segunda historia, la oculta, en la que se desgranan los mecanismos de la violencia del sistema.
Madalina.- No dejo de pensar… ¿qué he hecho de verdad desde que llegué aquí? O sea, comparado con lo que hacía cuando estaba en casa. Nada. Aquí me pegan todos los días.
Bogdan.- Allí te pegan por nada. Aquí ganas dinero con eso.
No podemos dejar de lado el contexto en el que la autora escribió la pieza. Gianina Cărbunariu fue becada por el Royal Court
e Londres en 2007. Ese mismo año Rumanía entraba a formar parte de la Unión Europea y esto provocó, en la autora, una acertada reflexión en torno a la identidad y el sistema. Hay que recordar que Rumanía proviene de una historia vinculada al comunismo, por lo que el contraste con el sistema capitalista resulta todavía mayor. La autora, no obstante, no deja títere con cabeza y nos deja de forma patente que lo que abandonan estos personajes no tiene nada de idílico. Vemos reflejado en la pieza a tres personajes provenientes de un contexto de pobreza y desarraigo. Desean ser irlandeses, convertirse en europeos, estar en el mapa, formar parte de algo a cualquier precio. Nos encontramos con tres personajes que buscan su lugar en el mundo.
Madalina.– ¿Casa? Ésta no es mi casa, pero claro, mi casa tampoco lo es. Porque mi casa es peor que cualquier sitio que no sea mi casa. No voy a volver a casa jamás. No. Nunca volveré.
KEBAB habla de la violencia soportada. Y esta violencia, como suele suceder, recae en el personaje femenino. Gradualmente, su cuerpo es cosificado y mercantilizado. Poco a poco, Madalina interioriza la escalada de violencia infligida, porque para tener éxito necesitamos soportar. Soportar para hacernos de oro. Es decir, para alcanzar la felicidad. Hacer lo que haga falta para alcanzar la felicidad. Aunque eso deje un reguero de cuerpos; “alguien tendrá que saltar”. La responsabilidad solo recae en el individuo. El mensaje es claro: si no lo consigues es solo porque no te has esforzado lo suficiente. Fracasar es el mayor de los miedos. Más incluso que perder la vida.
KEBAB golpea al espectador para despertar su conciencia y desvelar los mecanismos de este matadero llamado capitalismo.
Madalina.– No sé por qué, pero hay noches que sueño que soy un dönner kebab.
Autora: Gianina Cărbunariu.
Traducción: Javier Lago.
Dirección: Gabriel Fuentes.
Reparto: Eva Rubio, Pablo Sevilla, Daniel Ibáñez.
Diseño de Iluminación y videoescena: Águeda A. Millán.
Espacio sonoro: Gastón Horischnik.
Música original: Daniel Ibáñez y Gastón Horischnik.
Jefa de Producción: Luisa Fernández Ferrer.
Diseño Gráfico: Paula Luis.
Fotografía: CelmaPhotography.
Producción: Punctum Compañía.