LANTIA ESCÉNICAY TEATRO ESPAÑOL
presentan
Del 17 de junio al 17 de julio
de Luigi Pirandello. DIRECCIÓN: ERNESTO CABALLERO
Obra del reconocido dramaturgo, novelista y escritor Luigi Pirandello, ganador del Premio Nobel de Literatura; que, cuando la estrenó en Roma, revolucionó algunas convenciones del teatro
Pirandello en Esta noche se improvisa la comedia prosigue su indagación metateatral iniciada con Seis personajes en busca de autor y Cada cual a su manera. En esta ocasión, un peculiar y carismático director de escena, el doctor Hinkfuss, obliga a los actores de la compañía a improvisar una serie de escenas escritas por el propio Pirandello; pretende lograr mediante este recurso una simbiosis entre la forma artística (el texto escrito) y el flujo de la vida. Su obra es pues, esta confrontación entre dos instancias antagónicas. Como no puede ser de otro modo, el invento se le va de las manos generando múltiples situaciones desencajadas de una delirante comicidad. El texto, por otro lado, además de ofrecer un trepidante divertimento teatral, incide en las temáticas propias del dramaturgo italiano: relación máscara e identidad, vida como reflejo del arte, relativismo y verdad, realidad y apariencia…
Pero, como decimos, la obra es, ante todo, un encendido homenaje y reivindicación del hecho teatral: ese juego de trampantojos que refuta cualquier definición estable e inmutable de la realidad. El teatro es movimiento, imprevisibilidad, procesos provisionales, pero la obra artística -en este caso el texto literario- siempre tiene algo de foto fija; una infructuosa pretensión de fijar, de aprehender y sublimar la propia vida. En esta contradicción se desenvuelve esta farsa cuyo procedimiento se remonta a las Comedias de Improviso de la antigua Comedia dell Arte. El director de escena Hinkfuss quiere hallar un compromiso entre estas dos dimensiones e, irremisiblemente, la lía. La vida, literalmente, se le escapa del escenario. La paradoja estriba en que cuanta más vida se produce, menos obra va quedando. Y es que acaso nuestra existencia no sea más que una confusa improvisación que, como actores, ejecutamos con mudable convicción, personajes, en fin, necesitados de un autor que dé sentido a nuestra deslavazada y tragicómica actuación.
Nuestra versión, pues, se entrega entusiasta a la ceremonia de la confusión de planos que plantea la comedia, al tiempo que resalta el hecho de que vivimos una “realidad” que ya ha dejado de sorprenderse por las paradojas filosóficas del autor italiano; una sociedad que ha asumido el experimento del doctor Hinkfuss hasta el punto de percibir como algo natural el permanente carrusel de personajes que proyectamos tanto en la esfera pública como en la privada; natural también el narcótico combinado de ficción y realidad que día a día nos entretiene al tiempo que nos va alejando de la posibilidad del discernimiento entre lo fáctico y su interpretación. Porque más engañosas siempre son las medias verdades.
Con todo, aún resulta posible y necesario volver a reconocer los hechos tal y como son, para lo cual es conveniente dejar separados y bien avenidos los ámbitos de la invención y de lo real. Y el teatro, poético simulacro, una vez más, nos indica el camino del discernimiento entre los sueños de la ficción y los monstruos que produce. El teatro, único sueño que nos hace despertar.
Es el precursor y máximo exponente de lo que suele conocerse como metateatro , que significa , teatro dentro del teatro. En esta obra, Pirandello propone una situación muy particular dentro del propio argumento de la pieza teatral: El director de la obra, el Dr Hinkfuss, llama a los actores a improvisar, es decir a tomar el texto original tan sólo como una simple guía a partir de la cual se desarrolla la “verdadera” obra, producto de su propia imaginación. El Dr Hinkfuss, sostiene que el texto original, como toda obra ya escrita (conclusa) representa una construcción inerte, la cual sólo recobra vida al ser actuada y re-interpretada por alguien. Con esta obra, Pirandello lleva al extremo la idea del metateatro.
Una vez más, el teatro sobrepasa la frontera del escenario, y se cuela en la propia vida. O, más bien, es la vida la que sube al escenario en una improvisación ajena a los actores y al papel que representan. Sin embargo, todo está planeado, escrito por Pirandello. Entonces, ¿Es real la improvisación? Los actores, se resisten inicialmente a ponerla en práctica, más luego de superar sus convencionalismos, logran desarrollar una improvisada y exitosa representación.
De: Luigi Pirandello
Versión y dirección: Ernesto Caballero
Con: Felipe Ansola, Jorge Basanta, Natalia Hernández, Joaquín Notario, Paco Ochoa, Ana Ruiz y Ainhoa Santamaría
Diseño de espacio escénico: Monica Boromello
Diseño de iluminación: Paco Ariza
Diseño de vestuario: Beatriz Robledo
Ayudantes de dirección: Pablo Quijano y Miguel Agramonte
Asesoría artística y colaboración en la dirección de actores: Fernanda Orazi
Una coproducción de Lantia Escénica y Teatro Español