ESPERANDO A GODOT en el Teatro Reina Victoria

LA HIJA DEL AIRE en el Teatro de la Comedia
18 abril, 2019
VOLVIÓ UNA NOCHE
19 abril, 2019

TEATRO REINA VICTORIA

Pentación

presenta

ESPERANDO A GODOT

del 3 al 27 de septiembre


Godot es hoy en día más que una obra de teatro, un clásico del siglo XX. Forma parte la imaginación colectiva. La fuerza, el humor, la poesía, la ternura, el dolor, la risa que nos transmite esta obra, metáfora de la vulnerabilidad y el coraje del ser humano, siguen vigentes. El público merece ver representada esta maravilla. Una obra que Beckett defnió cómo horriblemente cómica.

Dos amigos, casi hermanos, una extraña pareja que mientras están esperando, hablan, discuten, juegan, se desafían, se reconcilian, se aman, se repelen. Llega otra extraña pareja, aún más extraña, el juego se diversifca. Godot no llega, pero llega su emisario.
Raudales de humanidad en personajes desamparados, errantes, desacoplados, que nos recuerdan que el ser humano, aun en situaciones muy difíciles, es capaz de levantarse o por lo menos como hace Estragón en el fnal de la obra, de volverse a poner los pantalones, que, a falta de cinturón, se ata con una humilde cuerda.
Un espectáculo fundamentado en la humanidad y comicidad de sus sensacionales actores, en la palabra y el espacio, en la poesía y el humor.

La obra está dividida en dos actos. La trama trata de Vladimir (también llamado «Didi») y Estragon (también llamado «Gogo»), quienes llegan a un lugar junto a un camino, al lado de un árbol, para esperar la llegada de Godot. Vladimir y Estragon parecen ser vagabundos: su ropa es andrajosa y no les viene bien; otra teoría es que podrían ser refugiados o soldados desplazados de un conflicto, como la Segunda Guerra Mundial, que acababa de terminar y que inspiró mucho la dramaturgia de Beckett. Pasan el tiempo conversando y a veces discutiendo.

Estragon se queja de que las botas no le vienen, y Vladimir presume de piernas agarrotadas debido a un doloroso problema de vejiga. Hacen vagas alusiones sobre la naturaleza de sus circunstancias, y sobre las razones para encontrarse con Godot (pero el público nunca llega a saber quién es Godot o por qué es tan importante). Pronto les interrumpe la llegada de Pozzo, un hombre cruel pero lírico que afirma ser el dueño de la tierra donde se encuentran, junto con su criado Lucky, a quien parece controlar por medio de una larga cuerda. Pozzo se sienta para darse un festín de pollo, y más tarde tira los huesos a los dos vagabundos.

Los entretiene haciendo a Lucky bailar animadamente, y entonces les da un sermón improvisado sobre las teorías de George Berkeley. Tras la partida de Pozzo y Lucky, un niño llega con un mensaje de Godot: «aparentemente, no vendrá hoy, pero vendrá mañana por la tarde». El muchacho también confiesa que Godot pega a su hermano y que él y su hermano duermen en la buhardilla de un granero.

El segundo acto sigue un patrón similar al del primero, pero cuando Pozzo y Lucky llegan, Pozzo se ha vuelto inexplicablemente ciego, y Lucky, mudo. De nuevo el chico llega para anunciar que Godot no vendrá, si bien el muchacho afirma no ser el mismo niño que el día anterior había traído el mismo mensaje.

Cuando en 1953 se estrenó en París Esperando a Godot, casi nadie sabía quien era Samuel Beckett, salvo, quizá, los que ya lo conocían como ex secretario de otro irlandés, no menos genial, James Joyce. Por aquellas fechas, Beckett tenía escrita ya gran parte de su obra literaria; sin embargo, para muchos, pasó a ser «el autor de Esperando a Godot». Se dice que, desde aquella primera puesta en escena –que, realizada por el gran Roger Blin, causó estupefacción y obtuvo tanto éxito– hasta nuestros días, no ha habido año en que, en algún lugar de nuestro planeta, no se haya representado Esperando a Godot. ¡Más de cuarenta años en los escenarios del mundo! El propio Beckett comentó en cierta ocasión, poco después de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1969, que Esperando a Godot era una obra «horriblemente cómica». Sí, todo lo horriblemente cómica que puede resultar, a fin de cuentas, la angustiosa situación límite de dos seres cuya vida y grotesca solidaridad se forjan el la absurda y vana espera de ese quién sabe qué (o quién) al que llaman Godot…

Texto ESPERANDO A GODOT

Equipo artístico

Reparto: Pepe Viyuela,  Alberto Jiménez, Fernando Albizu, Juan Díaz y Jesús Lavi

Escenografía: Paco Azorín Iluminación: Pedro Yagüe Espacio Sonoro: Lucas Ariel Vallejos Figurinista: Ana Llena  Productor: Jesús Cimarro Director: Antonio Simón

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