La versión que ofrece Irú Teatro del tradicional cuento de Christian Andersen es un espectáculo divertido y dinámico, donde la mezcla de diferentes técnicas teatrales hace que la magia surja delante de los ojos del público, que se verá trasportado a un mundo de aventuras en el que las imágenes cobran importancia sobre las palabras y despertarán la imaginación de todos los que disfruten de “El soldadito de plomo”.
“El soldadito de Plomo” segunda producción de Irú Teatro tras el éxito de El pequeño Verne, habla del poder de superación personal, de la importancia de conocer y experimentar para ser capaces de realizar nuestros sueños . Rompe una lanza a favor de la integración y normalización de la discapacidad, en este caso física, dentro de nuestra sociedad. Aboga por el dialogo y la cooperación como forma de lograr nuestros objetivos y poder decidir sobre nuestra propia vida.
Una puesta en escena llamativa que se basa en un engaño óptico llamado cámara negra, que se produce ante la imposibilidad del ojo humano de discernir, sobre un fondo negro, algo que tenga el mismo tono. De este modo, un actor vestido de negro sobre un fondo de ese color es, prácticamente, imposible de diferenciar. Muñecos que oscilan entre los 45 centímetros y los dos metros y medio. Las marionetas se mueven mediante la técnica milenaria del bunraku, que consiste en mover al títere mediante varas que salen de sus articulaciones, sin tocar el muñeco.
La compañía IRÚ la fundan los actores y manipuladores Raúl Amores y Ricardo Cristóbal.
Cada noche, mientras los niños duermen, los juguetes cobran vida. Pero esta noche es especial, hoy se celebra el Gran Festival y será durante esta fiesta donde un soldadito de plomo, al que le falta una pierna y una bailarina de papel se enamorarán. Pero el celoso bufón, empujará al soldadito por la ventana para apartarlo de su amada. A partir de este momento empezará una gran aventura para el soldado que le llevará por la alcantarilla hasta el fondo del mar. El valiente soldadito luchará por volver a casa y salvar a su amada.
El teatro negro se mezcla con la magia de los títeres movidos mediante la técnica japonesa del bunraku y la ilusión del teatro de sombras para acercar el famosos cuento de Hans Cristian Andersen a todos los públicos, como nunca antes lo habían visto.