Sobre la posibilidad de ser algo más que una rata ante la policía
“El policía de las ratas” de Roberto Bolaño es un thriller, una historia detectivesca sobre la diferencia y el arte. Un cuento que rinde homenaje, pone en cuestión y finalmente supera en tensión dramática a ese relato corto de Kafka “Josefina la Cantora o El pueblo de los ratones”.
En estos momentos, en que somos vistos más como una masa controlada (con la que se comercia y se manipula) que como seres humanos, es cuando más se precisa reclamar el espacio para el brillo individual y creativo de cada uno. No ser simple contabilidad para los poderes políticos y económicos. Lo individual, lo “raro” y lo “extraño” debe existir también junto a lo colectivo.
Un relato duro y cruel sobre el mundo bajo las alcantarillas como reflejo de nuestra sociedad desgastada y de su alienación. La historia de un detective solitario en busca de un asesino en serie, donde Bolaño reclama ese espacio para la individualidad, para la diferencia. Una diferencia que precisa de un trabajo continuo para sobrevivir y que muchas veces resulta incomprensible para los que nos rodean. Y donde se reclama un espacio a la figura del poeta, del artista. Cuando toda la cultura parece ser apreciada mayoritariamente por sus estadísticas de venta y ocupación, Bolaño reclama, critica, ataca y defiende ese espacio para la literatura y el arte fuera del “folletín”. Ese espacio del arte por el arte. Ese espacio donde todo puede devenir poesía y excelencia independientemente del comentario y juicio populista. Fuera de “lo normal”. Fuera de lo que gusta a la mayoría. Fuera de “la opinión general”. Un relato triste y algo enfermizo donde triunfa la fórmula bolañil: LITERATURA + ENFERMEDAD = LITERATURA. Y de la buena.
Poco queda por aportar desde la dirección escénica. Simplemente dejar fluir las palabras en boca de grandes actores. Sin prisas y con matices. Apenas movimiento. Solo verbo hecho acción. Dejar que la página en blanco quede trazada por la diminuta y fina caligrafía de su autor para provocar el silencio en una sala acogedora. Un silencio triste con gotas de humor y sombra poética. Invadido de ese querer saber más del género policíaco.
Àlex Rigola
FICHA
Autor: Roberto Bolaño
Adaptación y dirección: Àlex Rigola
Escenografía: Max Glaenzel y Raquel Bonillo
Vestuario: Berta Riera
Iluminación: August Viladomat
Ayudante de dirección: Jordi Puig «Kai»
Reparto: Andreu Benito y Joan Carreras
Una producción de Teatre Lliure y Heartbreak Hotel, en colaboración con La Abadía, Temporada Alta, La Biennale di Venezia y Trànsit Projectes.
29 enero – 23 febrero, 2014 TEATRO DE LA ABADÍA