Compañía Recabarren
presenta
“El malestar que insiste” es la primera parte de una bilogía. Donde el autor propone profundizar sobre la familia.
Es un texto realista que trata de reflejar una situación social actual y recoge una escucha de unos seres especiales: una madre, un padre, un hijo, su tía, en un momento de sus vidas. Pretendiendo que esta obra de teatro sea como un certero bisturí que disecciona ese tejido tan complejo que es la familia, dejando al descubierto las obsesiones de una madre abandonada por su marido y que ha criado sola a su hijo, el tiempo detenido de este joven, que ni estudia ni trabaja, que vive entre la sobreprotección de la madre, la locura de su tía y la ausencia de su padre.
“El malestar que insiste” recorre a estos cuatro seres, como algo que impide que las relaciones fluyan, que estos seres implicados en esas relaciones tengan libertad para actuar y para ser ellos mismos, es ese malestar que no logran descifrar lo que hará que la trama se desarrolle hacia un final amargo.
El malestar recorre la mesa, el mantel, la sopa, las croquetas, la familia siempre sentada a la mesa, principio y final de sus emociones, de sus sentimientos. En unas escenas cortas de marcado realismo donde la cercanía de los actores y el estilo tragicómico de las situaciones nos emparenta con Pinter, Sanchís Sinisterra… intentando que esa cercanía estimule al público a hacerse las mismas preguntas que la compañía se hizo al comenzar el proyecto.
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Rufino vuelve de una entrevista de trabajo sin éxito, la rutina familiar con su madre, los temores de la madre que vé a un hijo que escapa a su control, un joven que está preparado y no sabe para qué mundo. La desesperación de la madre, porque a su hijo le pase algo, desaparezca, obsesionada con las noticias de la actualidad.
La tía Clara que sufre una depresión y está siendo tratada, trae un cuadro que ha pintado ella misma, que es un encargo de su hermana, “curiosa” marchante de arte que vende los cuadros entre sus amigas.
Este cuadro que se llama “El malestar” es el símbolo que recorre a todos los miembros de la familia, provocando el atasco en su afectividad y creatividad para vivir, nadie está satisfecho con nadie en esa familia.
René, el padre ausente, es llamado por la policia, ante la desaparición de la madre, tiene que enfrentarse a resolver la relación con su hijo, y hacerse cargo de su el rol de padre.
Es Rufino, quien se queda ante un dilema que no puede resolver. Ni puede vivir solo, ni desea vivir con una familia que es la de su padre pero no la suya, que está “desaparecida” como su madre.
Escrita y dirigida por Eduardo Recabarren
Diseño y realización de escenografía : Beatriz Almendros
Iluminación y vestuario: Rubén Esperanza
Página Web: Víctor Martínez
Producción: Compañía Recabarren
Distribución: Mara Bonilla Distribución
Reparto: Laura Cepeda, Rodrigo Poisón, Camino Texeira y Víctor Martínez