Fundación Inquietarte
presenta
Una obra de Roberto Villar
Idea original de Jesús Pozo
Dirección: Nacho Hevia
Sábados y domingos de octubre en Nave 73
La polémica del Algarrobico llega al teatro de la mano de la Fundación Inquietarte, una fundación sin ánimo de lucro cuyo objetivo es la promoción de los Derechos Humanos y la dignidad de las personas y la defensa del medio ambiente a través del arte. El objetivo: volver a hablar del Algarrobico para que no caiga en el olvido.
EL GUARDIÁN DEL ALGARROBICO es una obra escrita por Roberto Villar sobre una idea original de Jesús Pozo. Dirigida por Nacho Hevia, el actor Julio Alonso se mete en la piel del Guardián del Algarrobico para reflexionar sobre ecología, corrupción, amor, soledad, política desde un supuesto lugar de privilegio.
Fundación Inquietarte produce un monólogo sobre la soledad del único habitante que ha tenido el símbolo de la destrucción del litoral español del último siglo.
Jesús Pozo, presidente de la Fundación Inquietarte, desarrolló la idea de un proyecto teatral con la ayuda del autor Roberto Villar. La idea era simple: el guardián del hotel (custodiado desde sus comienzos y en la actualidad hasta que se haga efectivo su derrumbe) y que vive en el mismo edificio habla consigo mismo y con un público que le acompaña sobre su función allí, sobre las demandas de los ecologistas, sobre los intereses particulares y colectivos, sobre la soledad, sobre el amor, sobre el sentido de todo.
El hotel del Algarrobico, un gigante de hormigón a los pies de la orilla del mar y que era punta de lanza de la destrucción del parque natural, es un ejemplo de la sociedad española: los intereses privados, la corrupción, la ineficacia de las resoluciones judiciales.
Un monólogo en el que los espectadores podrán sentirse identificados ante la barbarie y aberraciones que cometemos contra las tierras y costas en las que vivimos en pro de intereses particulares.
EL GUARDIÁN DEL ALGARROBICO se representará todos los sábado y domingos de octubre en Nave 73.
El guardián del Algarrobico, nos cuenta su vida mientras espera la llegada de su querida Teresa. Lo acompaña su fiel perro Sebastián. Un auténtico representante de una mezcla indefinible de razas. Da igual: de todos modos no lo vemos en escena. Aunque está. Lleva años cuidando las instalaciones de un hotel que nunca ha llegado a funcionar como tal y que, tal vez, acabe por ser derruido. Un ya largo litigio entre ecologistas, la empresa constructora, el pueblo en el que está ubicado y la Administración, hace que el edificio esté abandonado antes de haber sido habitado. Ayudó a construir el edificio, fue albañil. Luego, fue contratado como cuidador. Vive allí. Solo.
No se casa con nadie. Ni con los ecologistas, ni con la empresa constructora, ni con el pueblo. Tampoco parece haber perspectivas de casarse con Teresa. Está solo, en su cocina, pero habla como si se dirigiera a un público que no existe. Una especie de pequeña locura –nada importante- que le trajo esta soledad a la que ya se ha habituado. Hablar con toda esa gente que en realidad no está allí, es más un remedio que una enfermedad. Un engaño para sobrellevar su vida. Habla de cosas que conoce. La soledad. Los tejemanejes de la Administración. La falta de escrúpulos de ciertos empresarios. El falso compromiso con los valores que, algunos, dicen defender.
El personaje retratado en esta obra de teatro es completamente ficticio. Cualquier parecido con personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia.
Idea original: Jesús Pozo
Dramaturgia: Roberto Villar
Dirección: Nacho Hevia
Reparto: Julio Alonso
Producción: Fundación Inquietarte
Fechas y horarios: Sábados 20h. y domingos 19h. de octubre en NAVE 73