Pentación
presenta
de Harold Pinter, dirigida por Antonio Simón, con Joaquín Climent y Alex Barahona
Del 16 de marzo al 24 de abril
Con El cuidador Harold Pinter obtuvo en 1960 su primer éxito. Davies, el obsesivo cuidador es una creación cómica clásica y su ansiosa relación, su frágil equilibrio con los enigmáticos hermanos Aston y Mick es ya un mito en la dramaturgia del siglo XX. Sobre Los enanos expresó el propio autor: Me gusta escribir para la radio, por la libertad que esto implica. Cuando escribí Los enanos fui capaz de experimentar en la forma: una estructura móvil y flexible, más que cualquier otro medio. El estreno de La colección ocurrió en la televisión inglesa en mayo de 1961. Su único apoyo explora provocativamente los manejos sexuales entre dos parejas del ramo del vestido.
Todo transcurre en una habitación desordenada y repleta de objetos entre tres hombres: Mick, Aston y Davies. Aston invita a hospedarse en su hogar al viejo Davies, un desconocido sin techo, sin dinero y en estado de indigencia. Este acepta la oferta y pronto se revela su carácter oportunista, parasitario, quejumbroso y racista. Mick, hermano de Aston y propietario de la casa, se muestra irritado por la intromisión de Davies, aun así le ofrece el puesto de cuidador del lugar, aunque no tardará en arrepentirse. En esa eventual convivencia surge una presunta conspiración contra Aston; la maniobra no se concreta y todo acercamiento entre ellos seguirá siendo ilegible a simple vista pero cargado de significados.
Cada uno de los personajes libra sus propias batallas interiores y reconocen lo que desean en sus múltiples aspiraciones, prioridades, ocupaciones y preocupaciones; solo que al manifestarlas en presencia del otro se despliegan como tensiones individuales.
Los diálogos sostienen la sensación latente de que algo raro está pasando y que paradójicamente se necesitan entre ellos. Usan un lenguaje simple, para nada inocente, cargado de una sutil densidad; y son los tonos los encargados de aliviar el clima enrarecido por las circunstancias y las palabras los que provocan la risa y la distensión ante los tragos amargos. En los encuentros que se suceden en ese entorno que oprime, absolutamente todos los elementos de la escena construyen el relieve de la trama (identidades, cuerpos, palabras, actitudes, acciones y objetos entre otros) y pueden adquirir diferentes sentidos o fragmentarse e interpelarse en el tiempo a partir de la mirada del espectador y el trabajo en escena de cada uno de los actores.
Del principio al fin lo que sucede en esa densa habitación está sujeto a una amplia posibilidad de interpretaciones, y es allí donde reside uno de los maravillosos e interesantes aspectos de El cuidador de Harold Pinter.
Joaquín Climent
Álex Barahona
Juan Díaz
Autor: Harold Pinter
Traductor: Juan Asperilla
Diseño de escenografía: Paco Azorín y Alessandro Arcangeli
Diseño de iluminación: Pedro Yagüe
Vestuario: Ana Llena
Espacio sonoro: Lucas Ariel Vallejos
Ayudante de dirección: Gerard Iravedra
Productor: Jesús Cimarro
Dirección: Antonio Simón