Teatro Español, Narea Producciones, Producciones Come y Calla
presentan
de Ger Thijs
Del 16 de junio al 11 de julio
Un paisaje de montaña. Los Países Bajos. En Europa. Dos personas ascienden un sendero. Un hombre, una mujer, la naturaleza. Ella va en busca de unos resultados clínicos al hospital de su comarca. Él, supuestamente, pasea en busca de inspiración. Los dos caminan sin saber que van a encontrarse, es el azar, lo fortuito del destino, el que decide su encuentro en esa fase de la vida en la que los sueños empiezan a caer o el amor se vuelve más agrio, en donde el éxito y el fracaso ya no son una cuestión social sino íntima. ¿Estamos solos? ¿Nos seguimos deseando a pesar de las heridas? ¿Qué significa morirse?
El autor, Ger Thijs, construye un texto de agilísimos diálogos, plenos de cinismo y humanidad, donde el humor se vuelve supervivencia, seducción y curiosidad por el otro. Dos desconocidos a los que la vida, siempre obscenamente viva, propone caminar juntos durante un trecho. Ella y él son invitados a mirarse, a apoyarse el uno en el otro. Pero ¿acaso sabemos nunca quién es el otro? ¿Un loco, un asesino, un ángel? Y aun así, el otro puede significar la salvación de un beso, de un oído atento, en cualquier caso siempre una referencia existencial y necesaria.
La propuesta se plantea feroz y delicada y la acción siempre marcha alrededor de ese hueco que el universo parece querer hacernos para que nosotros también existamos, como en una de las pinturas de Caspar David Friedrich y, sobre todo, con una extrema sinceridad emocional y vital que a todos nos incumbe. Un teatro desnudo donde se muestra lo excepcional dentro de lo cotidiano, las heridas que arrastramos y la esperanza de que, en el amor, siempre podemos volver a empezar.
Isabel Ordaz
SOBRE EL AUTOR
Fragmentos de una entrevista con el autor Ger Thijs
“Dos almas errantes que encuentran consuelo el uno en el otro. Como una conversación entre dos pasajeros en un avión. Entre estos dos desconocidos surge una confianza que en parte se establece precisamente porque saben que después no volverán a verse jamás.” Una conexión intensa, durante hora y cuarto. “Es lo mismo que experimenta el público. Al comienzo de la función el espectador no sabe más de los personajes que ellos saben el uno del otro; van conociéndose al mismo compás, y eso es bonito.” […]
“El beso nació como un monólogo para una actriz que escribí para el Theater aan het Spui en La Haya [Un buzón que da al corazón, 2006], inspirado en el caso real de una amiga que aguardaba, con angustia, los resultados de su mamografía.” En El beso, el camino hacia el hospital se convierte en una especie de peregrinaje. “En Limburgo el catolicismo todavía está muy arraigado. De pronto, la mujer decide ir a pie.”
Pero Thijs no estaba satisfecho con este monólogo; faltaba otro personaje, un encuentro. “Pasé unos días en el complejo vacacional de Vaals para terminar un proyecto. Y un día, en la recepción vi a un hombre vestido de oso. Me dio la mano, como de broma, pero después se marchó corriendo. No sé por qué, a lo mejor me reconoció, quizás fuera un antiguo compañero de la Escuela de Arte Dramático de Maastricht, un actor fracasado.”
Así apareció en El beso la figura del humorista. Ese equilibrio es importante, ya que la carga emocional de los personajes podría hacer que la obra resultara muy sombría. “Y esa no es la intención. Lo que busco es una historia amable. El drama está en el personaje de la mujer, mientras que la ligereza la aporta el hombre, aunque por otra parte hay que tener cuidado para que él no resulte demasiado gracioso. Por eso es tan importante el equilibrio entre los dos.”
Sin dar más detalles, Thijs considera a El beso a la obra más “impúdicamente autobiográfica” que ha escrito. “Tengo 62 años [al estrenarse la obra, en 2011], he llegado a un punto de mi vida que hace esto posible. Aunque, atención: empecé con unos personajes muy alejados de mí, pero a través de los temas que tocan y las cosas que les suceden se me han ido acercando. Por cómo hablan de sus hijos o del pasado.”
En parte, Thijs, Crutzen y Stapel tienen un pasado común. “Somos tres exiliados en el desierto urbano.” Los tres nacieron y se criaron en Limburgo, y los tres se fueron a las grandes ciudades del Oeste de los Países Bajos para dedicarse de lleno a la vida artística. “Los tres todavía volvemos con frecuencia. Parece que conforme me hago mayor, mi vínculo con la provincia vuelve a hacerse más fuerte. A veces doy clases en Maastricht y visito a mis hermanas en Heerlen, una de las cuales sigue viviendo en la casa familiar. Con ellas hablo en dialecto. Por cierto, con Huub y Carine también. Hubo un momento en que pensé representar la obra en dialecto cuando actuáramos en Limburgo, pero no era viable en los pasajes más complejos. Los textos poéticos y humorísticos resultan difíciles de traducir.”
Texto de Ger Thijs
Diseño de espacio escénico y vestuario Elisa Sanz
Diseño de iluminación Felipe Ramos
Una producción de Teatro Español, Narea Producciones, Producciones Come y Calla