presenta
De Federico García Lorca con dirección de Francisco Suárez
Este Diálogo del Amargo es un viaje al pasado; pasado que, al no poder olvidarse, se torna en doloroso presente pues la memoria es insumisa. En esta obra, Lorca habla del tiempo, del amor y la muerte, sus temas preferidos; también de la indefensión del ser humano ante la presencia de unas fuerzas opresoras que el poeta tachó de siniestras y oscuras, las del odio y la intolerancia de un sistema políticamente perverso; y, a la vez, del combate —eje de su prodigioso legado— entre autoridad y libertad, conceptos encarnados en alma y huesos por unos personajes que nunca dejarán de conmovernos.
Ese combate entre autoridad y libertad nos permite, por su valor dramático, poner en escena un pasado ignominioso —aunque duela, debe recordarse— y un presente conciliador puesto en boca de mujeres dispuestas, por encima de todo y con todos sus derechos, a saber en qué fosas se hallan sus seres queridos. Amargo, en el escenario, será el paradigma de todos los Amargos asesinados y desaparecidos bajo la dictadura franquista, y este montaje, un testimonio solidario para quienes, sin descanso ni tregua, llevan toda su vida intentando recuperar su memoria y peleando por sacarlos de las zanjas del desprecio y el olvido.
Francisco Suárez
Lo llevan puesto en mi sábana
mis adelfas y mi palma.
Día veintisiete de agosto
con un cuchillito de oro.
La cruz. ¡Y vamos andando!
Era moreno y amargo.
Vecinas, dadme una jarra
de azófar con limonada.
La cruz. No llorad ninguna.
El Amargo está en la luna.
Versión Manuel Tirado y Francisco Suárez
Jacobo Dicenta
Ana Fernández
María Galiana
Alberto Iglesias
José Antonio Lucia
Cristina Marcos
Damià Plensa
Guillermo Serrano
Escenografía y vestuario Ana Garay
Iluminación Juan Gómez Cornejo (A.A.I)
Diseño de vídeo escena Álvaro Luna y Bruno Praena
Diseño de sonido Juan José Suárez
Composición percusión Daniel Suárez
Ayte. de Escenografía Julen Alba
Ayte. de Dirección Juan José Suárez
Ayte. de Vestuario Freya Medrano
Ayte. de Iluminación Ion Anibal