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TORBEN BETTS (autor de INVENCIBLE) escribe en MadridEsteatro

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TORBEN BETTS (autor de INVENCIBLE):

escribe para Madridesteatro

«Trataba de entender qué narices pasaba en  Inglaterra»

 

Comencé a escribir la obra allá por el verano de 2012. Trataba de entender qué narices pasaba en Inglaterra y cómo me sentía acerca de ello. Los efectos de la crisis financiera del 2008 estaban en ese momento golpeando de forma continúa a las hipotecas y las propiedades. Recortaban todos las ayudas estatales y la gente comenzaba a asfixiarse. Los suicidios, sobre todo en los hombres de mediana edad, subieron hasta límites insospechados.

Al mismo tiempo, miles de millones de libras proveniente de impuestos, fueron utilizados para rescatar los desastres creados por las instituciones que pagaron con aquel dinero los bonos y locuras de sus directivos. Mientras tanto, los millonarios salían corriendo del país afirmando: “Todos estamos juntos en esto”

 

Entonces tuvimos esa maravillosa celebración del cincuenta aniversario del reinado de Elizabeth II, la Eurocopa y, por supuesto, los Juegos Olímpicos en Londres. En total, unos 9 mil millones de libras (libra arriba libra abajo). La mayoría de la población celebraba de forma “honesta” lo que significaba ser británico. A la vez, las desventuras del imperialismo en Irak y Afganistán iban triturando de forma lenta a éstos, con finales sangrientos, que costaban al Reino Unido unos 20mil millones de libras y la muerte de cientos de jóvenes soldados británicos, por no mencionar la criba de miles y miles de Iraquies y civiles afganos.

 

La obra nace de esta sensación de caos y confusión. Exactamente, ¿ qué estábamos celebrando? me sentía realmente inquieto con esos fastos. Seguramente no sería el único que creyera que deberíamos hacernos algunas bonitas e incómodas preguntas y, posteriormente, renacer y protestar antes de que nos convirtiéramos en seres sensibleros y sentimentalistas acerca de una anciana que nació con inmensos privilegios que demandaba que concediéramos títulos de rango, a aquellos que pueden ir muy rápido en bicicleta o montar a caballo con gran destreza.

 

Mi mujer y yo nos mudamos de Londres en 2003 principalmete por razones financieras (como los personajes de mi obra, no porque buscáramos ser “gente de verdad”) y establecimos nuestra residencia en la frontera con Escocia, donde los precios de las casas eran/son mucho más “sensibles” a la realidad. Vendimos nuestro pequeño apartamento de Muswell Hill, en el norte de Londres, y compramos una gran casa cerca del mar gracias a la revaloración que nuestro apartamento londinense habia logrado en los 3 años que lo tuvimos. Ahora, por lo menos, podíamos comer y estar con nuestros hijos. Y puedo, exclusivamente,  concentrarme en escribir teatro, que no es, desde luego, la profesión más lucrativa que existe.

 

En aquel momento éramos también víctimas de un shock cultural. Había vivido en Londres durante 14 años, antes, 3 en Liverpool. Me había convertido en un urbanita y no conocía otro estilo de vida. El pueblo al que me mudé tenía 8.000 habitantes. La calle, mi calle, estaba llena de lo que se llama “clase trabajadora”, gente oriunda del lugar, mientras que nosotros eramos una familia arrendataria de clase media. A veces daba la sensación de que procedíamos de especies diferentes. Y no sólo porque el acento local fuera tan tan fuerte que en ocasiones no entendíamos nada de nada.

 

El ímpetu por escribir esta obra vino de algo que ocurrió justo en aquella época, no mucho más tarde de que nos mudáramos. Justo después de la invasión de Irak en 2003 (regresaba de una de las numerosísimas e infructuosas manifestaciones para impedir aquel desastre, en febrero) estaba en el pub local, tratando de encontrar mi sitio y asentándome en mi nuevo entorno. Acabé charlando con un tipo muy simpático de unos 50 años. La conversación acabó en Irak y, gracias al exceso de alcohol, comencé a despotricar acerca de Tony Blair y la criminal culpabilidad de todos los Primeros Ministros y el Gobierno británico. Incluso me atreví a mencionar a “el mejor inglés de todos los tiempos”, Winston Churchill, y su terrible racismo y más que frecuentre apoyo al genocidio. Demonios, yo era más joven y un bocazas! Resultó que este tipo, el del bar, era un ex combatiente y había estado en la Guerra del Golfo y ahora, sus dos hijos estaban en la guerra de Irak.

 

Sugerir por mi parte que el ejército británico no era una fuerza divina en el mundo y que nuestro gobierno no siempre ( o nunca) había actuado en una misión pacificadora, de libertad o democracia… hizo que me diera cuenta que me encontraba casi, ondeando una tela roja delante de un toro. No se cómo conseguí salir de una pieza. Traté de explicar a aquel decente y valiente hombre, ahora muy preocupado, pero orgulloso de sus dos hijos; que les habían mentido. Que habían sido envíado a visitar e instaurar  la muerte y destrucción de gente inocente (y la suya propia) para preservar el petróleo barato que enriquece a los politicos y hombres de negocios de Nueva York, Washington y Londres. Pero que ese patriotismo casi “de cuna” no tenía nada que ver. No se si esos chicos regresaron vivos de Irak. Ojala lo hicieran. Como sabemos, cuando un soldado regresa vivo de una guerra, los daños psicológicos son devastadores. Y luego, si pueden, recogen las piezas de sus rotas y solitarias vidas sin ayuda alguna. ¿Por qué? ¿En nombre del informe Chilcot? ¿Por qué? … Ellos fueron enviados a la guerra por una mentira. Y aquellos políticos tan bien educados, de clase media y cristianos, que les enviaron a matar y morir siguen en libertad, y siguen contando su dinero, dinero robado.

 

Cuando me enteré que había gente en España que quería producir INVENCIBLE  me quedé sorprendido y encantado, obviamente. Siempre he asumido que INVENCIBLE era una obra “muy inglesa” que sería muy dificil de entender y asumir en otros paises. Esta claro que no es el caso y que era un error, ya estamos planificando nuevas producciones en Polonia, Nueva York y la República Checa.

Conocí a Maribe Verdú y Pedro Larrañaga la última noche que se representaba la obra en el teatro St. James, en el West End, era julio de 2014. Siempre pensé que Maribel iba a interpretar el papel de Dawn (la vecina del lugar) pero tras ver la función, la vi más cercana a la mujer socialista de clase media, Laura. Recuerdo estar esperándo en un pub cercano al teatro , pensando y deseando que le gustara la obra, ya que cualquier producción con Maribel iba a ser una de las experiencias más importantes y poderosas de mi carrera. Y llegó, emergió, llegó del teatro envuelta en lágrimas (espero que en el buen sentido) y supe que aquello iba a funcionar. Estoy humillado y honrado a la vez que artistas de la talla de Maribel, Pilar Castro, Jorge Calvo y Jorge Bosch estén involucrados y abriguen el proyecto de llevar mi trabajo al público español. Y tener a un reputado y valioso director como Daniel Veronese para dar vida a mi obra… todo es realmente excitante.

He intentado aprender español este último año pero me temo que el proceso es mucho más lento de lo que quisiera. Entiendo las frases y algunas expresiones que Jordi Galcerán ha traducido y plasmado en su brillante adaptación.

Tengo muchas ganas de ver la obra en Bilbao y luego en Madrid a finales de octubre.

Torben Betts, 20th September 2016

 

TORBEN BETTS quiso primeramente convertirse en actor, para lo cual estudió en el Drama Studio de Londres, pero más tarde cambió de rumbo para comenzar a escribir obras de teatro. En 1999 Alan Ayckbourn lo invitó a ser el dramaturgo residente en el Teatro Stephen Joseph de Scarborough.
A Listening Heaven, estrenada allí ese año, fue nominada como mejor obra revelación. Durante este período estaba disfrutando del éxito de obras como Incarcerator, The Biggleswades y Clockwatching, trabajando en dos estilos muy distintos: un realismo social de humor negro y un estilo más trágico y poético.
Su brutal sátira anticapitalista, El Invicto, ganó en 2007 el premio a la mejor obra revelación en los Premios de la Asociación de Críticos de Teatro en Escocia.
La crítica de las obras de Betts han sido en su mayoría muy positivas: The Daily Telegraph afirma que tiene una “profunda y muy original voz teatral”, mientras que Liz Lochhead (Escocia) sugiere que “se trata de los más originales y extraordinarios escritores de teatro que tenemos”. The Guardian, en su crítica de Invincible, comentó que “Torben Betts debería ser un nombre más importante”.
Invencible, representada inicialmente en el teatro Orange Tree y posteriormente en el teatro St. James de Londres, ha obtenido una gran aclamación popular y un gran éxito de crítica. Actualmente se encuentra de gira por el Reino Unido.
También ha escrito el guion de la película independiente británica Downhill, en 2014.
Una reposición de su aclamada obra de 2012, Muswell Hill, fue estrenada en el Park Theater de Londres en febrero de 2015, mientras que su tragedia política, What Falls Apart, se estrenó en el Live Theater de New- castle en abril de ese año. Una producción de su versión de, The Seagull de Anton Chéjov, se estrenó en el Regent’s Park Open Air Theatre, en junio de 2015. También ha adaptado Get Carter para el Northern Stage de Newcastle, que estrenó en febrero de 2016.

 

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