Ballet de CamaGüey
presenta
Días 3, 7, 10, 18 y 27 de diciembre de 2023 y 2 y 3 de enero de 2024
El Ballet de Camagüey, cumplió el pasado 1 de diciembre, 56 años. Más de medio siglo de existencia, por y para la danza.Un momento propicio para agradecer a la maestra Vicentina de la Torre, su empeño para que Camagüey tuviera su propia Compañía de Ballet. Y al maestro de maestros Fernando Alonso, artífice principal de la Escuela Cubana de Ballet.El camino recorrido no ha sido fácil, pero nuestra Compañía ha sabido crecerse ante las dificultades y tiene hoy un trabajo sólido, un reconocimiento internacional y una excepcional acogida del público, que es nuestra principal razón de ser.¡Y qué decir de España!… país que nos acoge siempre con sincero cariño y emoción. Gracias a todos los españoles que, siempre que venimos, y esta será ya la cuarta vez, nos hacen sentir como en nuestra propia casa.
La vistosidad de su escenografía y vestuario, la magia de su historia, sus imaginativos personajes y la música universal de Tchaikovsky han convertido ‘El Cascanueces’ en un clásico de las Navidades, ideal tanto para los más pequeños como para los adultos.
Bajo la forma de cuento infantil –los muñecos que cobran vida la noche de Navidad, y que arrastran a la niña protagonista a vivir mágicas aventuras–, el ballet es una fábula de espíritu navideño que habla de la añoranza por la infancia perdida y el choque entre la realidad de los adultos y el mundo de los sueños de los niños.
Acto Primero:
En una antigua ciudad alemana, a principios del siglo XIX en la Nochebuena la gente se prepara para la Liesta. Entre los invitados a casa de los Stalbaum está un viejo chiLlado, inventor de juguetes y amigo de los niños, Drosselmeyer. El salón de la casa está decorado para la Liesta. Están llegando los invitados. Llega Drosselmeyer con los regalos. Entran corriendo los niños. Empiezan a jugar a la gallina ciega. En el juego participa Drosselmeyer y le vendan los ojos. Después del juego empiezan las danzas. Drosselmeyer, disfrazado de mago hace un pequeño espectáculo teatral en el que el Rey de los Ratones quiere secuestrar a la Princesa, pero el valiente Cascanueces le derrota y salva a la Princesa. Drosselmeyer tiene preparadas muchas sorpresas para los niños, les enseña un payaso con motor de cuerda, una muñeca… Pero a Masha lo que más le ha gustado de todo es el Cascanueces. Franz intenta quitárselo y sin querer lo rompe. Drosselmeyer lo arregla. Masha acaricia su juguete favorito. El reloj marca las 10, ya es tarde. El baile se acaba, se apagan las luces…
La noche. La habitación del árbol de navidad está iluminada con la luz de la luna, parece misteriosa, llena de secretos mágicos. Superando el miedo, Masha ha venido a ver al “enfermo” Cascanueces, le abraza y se duerme. Masha ve en su sueño como los ratones llenan la habitación, guiados por su Rey. El valiente Cascanueces llama a los soldaditos de plomo a la guerra con los ratones. Pero las fuerzas de los ratones son superiores y al Linal el Cascanueces tiene que enfrentarse sólo contra el Rey de los ratones y su ejercito. Cuando todo parece perdido, Masha, superando el miedo, golpea con su zapato al Rey y así salva al Cascanueces, quien termina derrotando al Rey de los Ratones; éstos huyen y Drosselmeyer convierte al Cascanueces en un bello Príncipe. Desaparecen las paredes de la casa y nos encontramos en el extenso territorio de la nieve, en el mágico corro se mueven los ligeros copos de nieve. Príncipe invita a Masha al mágico palacio de sus sueños.
Acto Segundo:
Masha y el Príncipe navegan por el Reino mágico. Se encuentran con angelitos y muñecos, mientras la orquesta de los bondadosos enanitos toca unas bonitas melodías. Masha y el Príncipe son felices: han llegado al Reino de sus sueños. Aparece Drosselmeyer, en sus manos está el Cascanueces. ¡No puede ser que todo fuera solamente un sueño!.. Con su varita mágica, Drosselmeyer convierte el sueño en realidad.