Kamikaze Producciones
presenta
adaptación libre a partir del original de Molière
Dirección Miguel del Arco
Un callejón oscuro. El rumor de la música, el eco vibrante, eléctrico y bullicioso de los cuerpos que bailan, las manos que brindan, las miradas que juzgan, las lenguas que murmuran. Ellos y ellas. Enredados en amores y miedos, en vanidades y euforias.
Él. Un hombre solo.
¿Qué es la verdad? ¿Nos conviene conocerla si amenaza nuestro confort y placer? ¿Pueden convivir la política y la honestidad? ¿Necesitamos la hipocresía para sobrevivir? ¿Se puede luchar contra la iniquidad de la naturaleza humana? Alcestes pone en peligro su integridad por defender la verdad al tiempo que lucha contra la tentación de dejarse vencer por el derrotismo. Porque no se acomoda a la ficción imperante y porque está dispuesto a perderlo todo por defender aquello en lo que cree.
La crítica y el humor más ácidos están en el germen de Misántropo, la aplaudida versión que Miguel del Arco firma a partir del original de Molière y que, tras agotar entradas hace tres años, regresa este mes de marzo a Madrid.
Israel Elejalde abandona Hamlet y retoma su papel de Alcestes. Sobre el escenario le acompañan Ángela Cremonte como Celimena y José Luis Martínez, Miriam Montilla, Manuela Paso, Raúl Prieto y Cristóbal Suárez.
“Cuando pintáis héroes, hacéis lo que se os antoja. Son retratos a placer, en los que no se busca parecido, y no tenéis más que seguir los rasgos de una imaginación que levanta el vuelo y que abandona, con frecuencia, lo cierto para apresar lo maravilloso. Mas, cuando pintáis a los hombres, hay que hacerlo del natural. Se desea que esos retratos tengan parecido, y no habréis hecho nada si no lográis que se reconozca en ellos a las gentes de vuestro siglo”. (La crítica de la escuela de las mujeres) Eso hemos intentado Alcestes, nuestro protagonista, quiere, anhela vivir en la verdad. Quiere ser honesto y sincero y que los demás lo sean con él. Pero como cualquier ser humano está lleno de contradicciones. Son estas contradicciones y su incapacidad para encontrar el término medio que le permita vivir lo que le lleva a retirarse al desierto por el que clama desde la primera conversación con su amigo Filinto.
Alcestes libra una lucha desesperada que me emociona profundamente. Tal vez la pasión de sus actos en unos tiempos laxos como los nuestros en los que parece que se impone el “todo vale”. Donde cada vez cuesta más trabajo distinguir lo que está bien de lo que está mal y por tanto se difumina la idea de lo que es la libertad. Donde a fuerza de no querer que las cosas sean blancas o negras todo se ha vuelto gris.
Alcestes pone en peligro su integridad por defender la verdad. Porque no se acomoda a la ficción imperante y porque está dispuesto a perderlo todo en defensa de lo que cree. Puede que tenga razón o puede que no. De lo que estoy seguro, desgraciadamente, es de que no conozco muchos hombres como él.”.
«Tal vez encuentre en la soledad la libertad necesaria para ser un hombre decente«. Alcestes siente que no puede soportar ni un día más la hipocresía social que el género humano parece haber asumido como única forma posible de relacionarse. Así se lo comunica a su amigo Filinto. Lo único capaz de hacerle replantear su decisión de alejarse definitivamente y vivir en soledad es su amor por Celimena. Filinto se extraña de que su amigo haya elegido como objeto de su amor a una mujer famosa por comportarse siguiendo todos los parámetros sociales de los que abomina y que le han llevado a decidir separarse del mundo. Un mundo que también enreda a Alcestes en casos judiciales que ponen de manifiesto la falsedad de la sociedad y las leyes que rigen la convivencia de los seres humanos. Alcestes lanza embestidas a su alrededor mientras espera impaciente a que Celimena le confirme su amor y se decida a acompañarlo en su retiro. La respuesta se convierte en la gota que colma el vaso de la impotencia de Alcestes. “¿Quieres que nos vayamos al campo y vivamos incomunicados?”, pregunta incrédula ella. “Si en efecto me amas como yo te amo, ¿qué te importa el resto del mundo?”, replica él.
Alcestes, el protagonista de Misántropo, anhela vivir en la verdad. Quiere ser honesto y sincero y que los demás lo sean con él. Pero sus contradicciones y su incapacidad para encontrar el término medio que le permita vivir le llevan a retirarse al desierto por el que clama desde la primera conversación con su amigo Filinto. Alcestes pone en peligro su integridad por defender la verdad. Porque no se acomoda a la ficción imperante y porque está dispuesto a perderlo todo en defensa de lo que cree.
El callejón de atrás de una sala de fiestas, oscuro, sucio y con el rumor de la música de fondo, es el escenario donde se desarrolla Misántropo, adaptación libre a partir del original de Molière en la que Miguel del Arco traslada los personajes del autor francés hasta nuestro siglo XXI, con la ayuda de otros genios como Michel Montaigne, Michel Foucault o Luis Cernuda.
“Un Misántropo que sacude, que divierte y conmueve, que tiene la intensidad y el ritmo de un gran partido con un gran equipo. Uno de los mejores montajes de la temporada”. Marcos Ordónez, El País
Israel Elejalde
Ángela Cremonte
José Luis Martínez
Miriam Montilla
Manuela Paso
Raúl Prieto
Cristóbal Suárez
Colaboración especial (voz tema musical Quédate quieto) Asier Etxeandía
Dirección y Versión: Miguel del Arco
Ayudante Dirección: Aitor Tejada
Diseño de sonido: Sandra Vicente
Diseño de iluminación: Juanjo Llorens
Escenografía: Eduardo Moreno
Vídeo: Joan Rodón y Emilio Valenzuela
Música: Arnau Vilà
Vestuario: Ana López
Coreografía: Carlota Ferrer
Cartel: Rodón&Moreno
Producción ejecutiva: Jordi Buxó
Dirección de Producción: Aitor Tejada
Materiales promoción: Cultproject
Ayudante de producción: Léa Béguin
Auxiliar de dirección: Daniel de Vicente
Auxiliar de escenografía: Lorena Puerto
Coordinación técnica: Mariano García
Técnico de luces: Nacho Vargas
Técnico de sonido: Enrique Calvo
Construcción de decorado: Peroni y Esfumato
Transportes: Cultural Transport
Administración: Santiago del Arco
Fotografías: Eduardo Moreno
Compañía: Kamizake Producciones
Una producción de Kamikaze Producciones en coproducción con Teatro Español de Madrid y Teatro Calderón de Valladolid y la colaboración del Teatro Palacio Valdés de Avilés.