presenta
Interpretado y escrito por Adrián Melero y Marina Orell
Del 10 al 19 de febrero
Miguel y Julia, dos jóvenes que no pueden enfrentarse al sufrimiento que les provocan los obstáculos que se les presentan en la vida real al exponer su cuerpo, viven enmarañados en el mundo ideal a la par que irreal de las plataformas digitales desde donde intentan levantar su proyecto de acción social digital, La Madriguera.
Miguel desea escapar del mundo virtual hacia una existencia donde sus sentimientos y sensaciones reaparecen al exponer su cuerpo plenamente a la vida. Su gran obstáculo es el pánico que le provoca concretar ese paso cayendo en actitudes, por momentos, patéticas y a menudo tragicómicas.
Julia, inmersa en su universo cibernético, es incapaz de relacionarse con otros seres humanos sin que esto le provoque un profundo vértigo y la suma en el pánico. Cualquier cambio o movimiento que implique exponer su cuerpo o sufrimiento a los demás está asociado a la pérdida. Es incapaz de nutrir su intelecto a través de los sentidos.
Las diferencias entre Miguel y Julia, sumadas a los conflictos con los influencers, sponsors y demás avatares del mundo online van a provocar un tsunami donde emergerán los miedos respecto al afuera, rencores entre ellos y el dilema de si deben enfrentarse a sus temores para sumergirse, o no, en la vida real.
Sobre el proyecto
A través de un taller de escritura teatral e interpretación, Cristina Rota, maestra del mismo, nos propuso realizar un trabajo de campo sobre la incidencia de las redes sociales en nuestro comportamiento y el encierro que conlleva vivir a través de estas. Después de ahondar y explorar en nuestras vivencias respecto al mundo fóbico; nuestros encierros, la angustia que nos provoca el miedo al cambio, es decir, estar abiertos a nuevos puntos de vista y creencias, comenzamos a desarrollar el proyecto. Tras muchas exploraciones e improvisación fuimos estructurando el texto, que, para sorpresa nuestra y con la paciente orientación de Cristina, nos dimos cuenta de que esta temática nos conducía a un campo infinito de posibilidades y florecía un patetismo y un sentido del humor derivado del mismo.
Poco a poco exploramos diferentes caminos que nos ayudasen a crecer las situaciones hasta que, finalmente, pudimos dar con la premisa que, creemos, es la esencia de lo que queríamos contar.
Notas de la directora
El futuro está abierto a muchas posibilidades que pueden evolucionar o no para convertirse en realidades, dependiendo de la capacidad del ser humano de exponer su cuerpo, sus sentimientos, su sensorialidad al otro/a y aceptar la incertidumbre que provoca el no tener “certezas”. El intelecto se nutre gracias a nuestros sentidos. La clave, quizá, para poder seguir creciendo sea tener la actitud de un aprendiz, es decir, ser poroso para recibir conceptos u opiniones contrarias a mis creencias. Este vértigo que provoca el exponerse y aceptar el error como única herramienta para encontrar un camino hacia la inalcanzable verdad es el conflicto que enfrenta a Miguel y Julia.
Equipo: Interpretado y escrito por Adrián Melero y Marina Orell. Producido por La Rota Producciones en
colaboración con Escuela de Interpretación Cristina Rota. Coordinado por Cristina Rota.