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Del 16 de octubre al 6 de noviembre
Victoria Di Pace, directora de Romeo y Julieta, propone una versión rompedora que lleva a escena a dos mujeres en los papeles protagonistas, jugando con el género en todo el reparto. Romeo y Julieta puede verse en el Umbral de Primavera los domingos 16, 23 y 30 de octubre, y el 6 de noviembre.
La sociedad de Verona se encuentra hundida en una guerra entre familias, los Capuleto y los Montesco. Impera la ley del mas fuerte, donde sobrevivir y tener el poder es lo único que importa. En este contexto nacen Romeo y Julieta que se erigen como símbolos de una serie de características humanas trascendiendo al propio género. Y es por ello que, en esta propuesta de Victoria Di Pace, encontramos a los dos personajes centrales interpretados por mujeres: «Romeo y Julieta es la historia de Romeo para llegar hasta Julieta, la historia del alma que busca alcanzar la espiritualidad. Shakespeare, como podemos ver a través de sus monólogos, creó a una Julieta fuerte, valiente y decidida, toda una heroína, porque la fortaleza no tiene que ver con que no vayamos a pasar miedo en la vida, sino con que lo enfrentemos dando un paso adelante hacia el amor. Y ahí está Julieta».
Romeo y Julieta como alegoría del ser humano
La sensibilidad de Julieta, pero también de Romeo, en esta propuesta llenan la escena de una emocionalidad muy poderosa. Shakespeare dota a cada uno de los personajes de una simbología concreta y muy sólida con la que busca el equilibrio final entre cabeza, corazón y cuerpo. Una alegoría del ser humano en la que cada personaje simboliza una parte de nosotros.
Así, Julieta es la espiritualidad, la conexión con el todo; Romeo simboliza el alma, que debe hacer un camino para crecer, para avanzar; Mercuzio es la mente inspiradora, el que cuestiona; Fray Lorenzo simboliza la sabiduría interior; los Capuleto representan el poder y los bajos deseos; los Montesco nuestra estructura interior, lo que nos lleva a ser algo en la vida; el Ama es el cuerpo en sí mismo, su sabiduría; Benvoglio, es aquel que quiere bien, la búsqueda profunda del equilibrio; Teobaldo es el ímpetu, la energía vital, los impulsos; y Paris es lo preciso, aquel que tiene todo bajo control.
Victoria Di Pace juega con la magnitud evocadora de las palabras de Shakespeare, manteniendo a la vez toda su fuerza poética: «Estos aspectos de nuestro interior, en ocasiones, viven en conflicto. Se trata de alinear mente, corazón y cuerpo para que trabajen juntos, no en contraposición. Y es el amor (y el perdón) lo que Shakespeare propone aquí como camino hacia ese equilibrio, hacia esa paz».
Dirección: Victoria Di Pace.
Asistente Ejecutiva: Constanza Fuchs.
Asistente de Dirección: Coté Ortúzar.
Escenografía y arte: Marina O'Mullony.
Vestuario: Victoria Di Pace, Constanza Fuchs.
Diseño de sonido y música: Shahen Hagobian.
Lucha escénica: LK Stunts Academy, George Karja.
Coreografía : Fernando Sánchez.
Diseño de luces: Don Lucero, Ezequiel Nobili.
Vídeos y edición: Indi Costa, Marta Calle.
Diseño Gráfico: Coté Ortúzar.
Producción: Natalia Quintanilla.
Reparto: Julieta: Lara López. Romeo: Marta Calle. Ama: Jorge Ferrera. Fray: Nicol Pérez-Yarza. Benvoglio: Izarbe Bernal. Mercuzio: Noel Conde. Teobaldo: Arwent Martínez. Paris: Alberto Lario. Madre Capuleto: María Díaz. Padre Capuleto: Ferran Plana