«Una dramaturgia como detonadora de fábulas en la que la fiesta del teatro debe estar siempre presente como un terremoto que acompañe a la acción a través de unos personajes de siglos pasados pero que reflexionan como actores de nuestro complejo presente»
NOTA DEL AUTOR
Salvator Rosa es –después de La señora tártara– la comedia más ambiciosa, de fondo y de forma, que he escrito jamás. Me vino la idea, todavía en París, después de leer El Signor Formica de E. T. A. Hoffmann, en donde aparece por primera vez el enano Pittichinaccio, que seduce a las gentes para que lo lleven en brazos. Económico medio de transporte, que le es habitual. Pittichinaccio es el eje sarcástico, fantástico y enigmático de la comedia.
Se trata de una sátira sobre el poder, que sofoca al pueblo con nuevos impuestos, y es el motivo que levanta la memorable revolución de Nápoles en 1640; cuando el Virrey de España, Duque de Arcos, aplica un impuesto sobre la fruta. Revolución liderada por Masanielo, un pescadero cualquiera de la Plaza del Mercado, en dicha ciudad. Masanielo se hace con el poder sobre la masa, que termina matándole a él. Fatal destino de muchos políticos arriesgados, voraces y vengativos. Trastorno de la mente, que los hace víctimas y frustrados héroes.
Vista su incapacidad, el pintor Salvator Rosa lo suplanta en su entrevista con el Virrey, y tanto se identifica artísticamente con su modelo, que también fracasa él. Pero le da un giro a su fracaso, que termina siendo un triunfo del artista, hábil imitador de la vida misma en sus obras. El Arte termina por ser el vencedor de la existencia, el gran fabulador, que crea sueños fantásticos y divertidos, amorales y, paradójicamente, ejemplares. La comedia es una declaración de principios, el derecho de los artistas para cambiar la vida y estimular el conocimiento, la imaginación y la fantasía de los hombres. Las revoluciones del Arte son siempre preferibles a las revoluciones reales.
Preferible es pintar que matar, crear que destruir. Por esto, Salvator Rosa es una sátira del poder, que aliena y fagocita a la minoría política en funciones. El espectador hallará paralelismos interesantes con el presente y puede invitar a una profunda reflexión sobre lo pasajero y mortal del poder abusivo, su fracaso ante Dios y ante los hombres. Vale.
Francisco Nieva
NOTA DEL DIRECTOR
Este texto de Nieva es lengua y lenguaje, ya que une la belleza del idioma a la acción de un teatro de siempre, con el aliciente de presentarnos dos metáforas que no han perdido un ápice de actualidad con el paso del tiempo.
Una es fruto del propio espacio y tiempo donde el autor sitúa la trama: la ciudad de Nápoles en torno a 1640, relatada de manera excelente por el Duque de Rivas en un capítulo de su obra que lleva por título Sublevación de Nápoles, capitaneada por Masanielo, en donde apreciamos cómo el concepto de «indignados» está muy presente en el discurrir histórico de los pueblos.
El otro tema, de no menor actualidad, lo representa el choque de dos concepciones artísticas que siempre han estado confrontándose de muy diversas maneras a lo largo de la Historia del Arte. Por un lado los seguidores del llamado realismo y, por otro, los de la ficción poética.
En suma, una dramaturgia como detonadora de fábulas en la que la fiesta del teatro debe estar siempre presente como un terremoto que acompañe a la acción a través de unos personajes de siglos pasados pero que reflexionan como actores de nuestro complejo presente.
Guillermo Heras
FICHA
Autor:Francisco Nieva Director: Guillermo Heras Escenografía: Gerardo Trotti Iluminación: Juan Gómez-Cornejo Vestuario: Rosa García Andujar Ayudante de dirección: Héctor del Saz Música: Tomás Marco Fotos: marcosGpunto Cartel: Isidro Ferrer
ProducciónCentro Dramático Nacional
Reparto: Isabel Ayucar, Beatriz Bergamín, Alfonso Blanco, Javier Ferrer, Gabriel Garbisu, Carlos Lorenzo, Ángeles Martín, Juan Matute, Juan Meseguer, Nancho Novo, Sergio Reques, Sara Sánchez, José Luis Sendarrubias, Alfonso Vallejo
Fechas y horarios: Del 27 de febrero al 5 de abril
martes a sábado a las 20:30 horas y el domingo a las 19:30 horas TEATRO MARÍA GUERRERO
Excelente obra,muy recomendable.A destacar la interpretación de Ángeles Martín, Beatriz Bergamin y Nancho Novo.
Tres grandes actores!!! Gracias Jose María 🙂