La Belloch
2 y 3 de marzo de 2024
La compañía madrileña La Belloch Teatro, que cumple 10 años este 2022, llega al Teatro Quique San Francisco con 337 km, una producción dirigida a público joven y adulto, que aborda de lleno el tema del Síndrome de Asperger, un trastorno que hasta hace poco se incluía dentro de los del espectro autista. Las personas afectadas por este trastorno muestran dificultad en la comunicación y en las interacciones sociales, y un gran interés en un determinado área del conocimiento. Con la debida familiarización con su situación por parte del entorno que les rodea, pueden llegar a llevar una vida normal y desarrollar ampliamente sus grandes capacidades.
337 km aborda de lleno el tema del Síndrome de Asperger, un trastorno que hasta hace poco se incluía dentro de los del espectro autista. Las personas afectadas por este trastorno muestran dificultad en la comunicación y en las interacciones sociales, y un gran interés en un determinado área del conocimiento. Con la debida familiarización con su situación por parte del entorno que les rodea, pueden llegar a llevar una vida normal y desarrollar ampliamente sus grandes capacidades. Por ello, consideramos que es un tema de gran importancia para tratar con los adolescentes de entre 12 y 18 años, y a ellos va dirigido este proyecto.
El protagonista de 337 km es Tonín, un niño madrileño de 9 años al que le fue diagnosticado Síndrome de Asperger cuando tenía 6. Su madre, Gloria, ha de ausentarse de casa porque a su padre (es decir, al abuelo materno de Tonín) le queda poco tiempo de vida y quiere despedirse de él. Para poder ir a Asturias, Gloria decide que lo mejor es dejar a Tonín con su padre, de vuelta en la ciudad tras el divorcio hace ya varios años. Como Tonín no conoce a Javier, ya que no le ve desde hace varios años, no es capaz de entender quién es y qué hace ahí, o siquiera qué significa el término ‘padre’… Sacar a Tonín de su rutina diaria le hace entrar en un estado de ansiedad poco habitual. Los padres de Javier, que sí viven en Madrid y se han ocupado de su nieto, tratan de controlar la situación, pero a ellos también se le va de las manos. Tonín se refugia en su tema preferido -la carrera espacial- para tratar de asimilar los cambios, al mismo tiempo que Javier sigue una carrera contrarreloj para recuperar el afecto de su hijo a lo largo de los 10 días que estará ausente Gloria.
El objetivo de este texto de Manuel Benito es que los jóvenes comprendan lo que les pasa a las personas con Síndrome de Asperger, que en ocasiones están aislados en las aulas y en la sociedad. Ese objetivo comparte también la puesta en escena, a cargo de Julio Provencio, que trata de poner en primera línea del debate adolescente la realidad de este síndrome, mostrando los puntos de vista que muchas veces se nos escapan cuando conocemos a alguien con esta característica: su entorno familiar, su mundo interior, los ámbitos o temas donde encuentran alegría, interés o frustración (distintos quizá a los de sus compañeros).
Dentro de los aspectos transversales de concienciación para la infancia y la juventud, el Síndrome de Asperger se encuentra en un terreno intermedio e inevitablemente difuso, al ser mucho más difícil de catalogar, por ejemplo, que el bullying o el machismo: no hay una pauta homogénea de respuesta ante él, por lo que es importante abrir vías de sensibilización y conocimiento para que la sociedad genere las competencias emocionales, racionales y sociales para entender y empatizar con los casos de este síndrome que les puedan rodear.
Dramaturgia: Manuel Benito
Dirección: Julio Provencio
Reparto: Néstor Goenaga, Alicia González/Lidia Navarro y Clemente García
Iluminación: Juanan Morales
Espacio sonoro y musical: Julio Provencio
Escenografía y vestuario: Yeray González Ropero
Diseño gráfico: Jacobo Muñoz
Comunicación: Manuel Benito
Fotografía y vídeo: Susana Martín
Producción ejecutiva: Julio Provencio y Manuel Benito
Ayte. Dirección: Manuel Benito
Producción: La Belloch Teatro
Agradecimientos: María Sánchez de la Cruz, Teatro del Soto de Móstoles, Teatro Guindalera, David Benito y Victoria Dal Vera