Centro Dramático Nacional, Check in Producciones y El Terrat.
presenta
Texto: Albert Boronat, Juan Mayorga, Juan Cavestany y Andrés Lima. Dramaturgia Albert Boronat y Andrés Lima. Dirección: Andrés Lima
29 NOV a 26 ENE
Albert Boronat, Juan Mayorga, Juan Cavestany y Andrés Lima cierran la trilogia más potente del teatro reciente: SHOCK 1(EL CÓNDOR Y EL PUMA) , SHOCK 2 (La Tormenta y la Guerra) y ahora, 1936. El golpe de estado militar del 18 de julio de 1936 en España dio lugar a una guerra civil que duró tres largos años. Si entendemos el “shock” como el golpe violento sobre una sociedad que da lugar a implementar un régimen económico, político y social, España en el 36 es el inicio de un gran shock que durará 40 años y que todavía tiene una influencia decisiva en todos los estamentos y clases de la sociedad española.
Durante muchos años, la historia oficial en este país ha sido contada desde el prisma de los vencedores (triste palabra), de los sublevados. Y esta falta de educación histórica nos alcanza hasta hoy. Pero la mirada teatral de este montaje no se basa en la dicotomía de los vencedores y los vencidos, de los amigos y enemigos. Nuestra mirada será analítica, crítica y documental. Nuestra responsabilidad es la de reencarnar una guerra. Y una guerra no sólo es un fracaso como sociedad, sino un enorme desgarro emocional. Una guerra civil, entre hermanos, es posiblemente la peor de las guerras. El teatro puede reflejar esa emoción. Quiero que el espectador reflexione, que nuestros adolescentes y jóvenes comprendan, y que todos podamos ponernos en el lugar del otro. ¿ qué se siente bajo un bombardeo, refugiado en una estación del metro, junto con tus vecinos, que posiblemente te denunciaran por tus ideas? ¿ qué se siente huyendo por una carretera de Málaga mientras la armada alemana y los aviones italianos exterminan a lisiados, ancianos y niños? ¿ qué se siente tomando la decisión de arrasar Guernica? ¿Cómo se vive en una trinchera a la espera de la muerte? ¿Qué es un “paseo”? ¿Qué es el terror?
Es demasiado grande el conflicto, sus ramificaciones, causas y consecuencias. Pero vamos a intentar hacer teatro. Vamos a intentar pintar un paisaje lo suficientemente elocuente que sirva para recordar e imaginar, para hacernos preguntas que nos lleven a comprender mejor, a intentar saber dónde están las heridas.
Porque sangre hubo y mucha. La guerra dio lugar a un régimen franquista sostenido por la iglesia, el ejército, la aristocracia y una gran masa social. Es el pueblo el que me hace cuestionarme más. ¿Cómo y por qué se apoya un régimen basado en la represión? Siendo un ser humano ¿ cómo no se es humanista? ¿Y hoy? Antes la ultraderecha se imponía por golpes de estado, pero hoy son votados en las urnas. ¿Por qué?
Andrés Lima
Tres imágenes.
1ª.- Azaña. «Cuando los españoles puedan emplear en cosa mejor este extraordinario caudal de energías (…) sustituirán la gloria siniestra y dolorosa de la guerra. Y entonces se comprobará, una vez más, lo que nunca debió ser desconocido por los que lo desconocieron: que todos somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo río».
2ª El coro. Esa veintena de jóvenes testigos y protagonistas como las silenciosas víctimas, o como los que deben recordar y aprender la historia.
3ª- El teatro/ la cultura. Ese sanador ejercicio que nos regaló Antoni Benaiges, Chaves Nogales, Juan Mayorga, Almudena Grandes, Laila Ripoll, Alberto Conejero o Juan Diego Botto…
El gran espectáculo de la Guerra Civil: violencia, odio y memoria sobre las tablas
El estreno de ‘1936′, ambiciosa obra documental dirigida por Andrés Lima, da impulso al teatro de la memoria en pleno renacimiento de las ideas fascistas y la creciente polarización de la sociedad española
Andrés Lima lo ha vuelto a hacer y ha conseguido salir victorioso de uno de los mayores retos de su carrera teatral: llevar a escena nada más y nada menos que la Guerra Civil española.
1936 se erige como una propuesta sólida teatralmente y pertinente históricamente, una visión desde la izquierda sobre la Guerra Civil que no quiere agradar a todo el mundo y que aúna las revisiones profundas que los historiadores han realizado de la contienda en los últimos veinte años.
Aunque todo aquí sea fiel a su medida histórica, el espectador no está delante de un retablo arqueológico, sino ante un fresco que intenta retratar una memoria aún viva, un shock aún no superado
Espero que sea como todos los montajes de Andrés Lima, un exito